Es fácil comprender por qué los animales pueden ser tan terapéuticos, ya que una mascota puede convertirse en el mejor amigo de una persona. En Cedartown, en el condado de Polk, un programa de equinoterapia está marcando una diferencia significativa para los niños que han experimentado traumas. Aunque los niños en el programa inicialmente pensaron que enseñarían a los caballos, han descubierto que son los caballos quienes les están enseñando a ellos.
Peinar la crin de un caballo tiene un efecto calmante en la mente. Kayla Smith, de 17 años, señala que lo que uno ve en un caballo, también lo verá en sí mismo. Para Dillon Soule, de 19 años, el pastizal donde se encuentra el programa se ha convertido en un lugar seguro, ayudándolo a manejar su ira y encontrar tranquilidad.
Los caballos parecen tener «superpoderes» para quienes han pasado por situaciones traumáticas, brindando una conexión que muchos de estos niños nunca han experimentado. Scott Fuller, vicepresidente de avance de los Centros Pediátricos Murphy-Harpst, explica que para muchos niños, esta es la primera vez que se sienten amados y cuidados, y que esta relación con los animales es fundamental para su sanación.
Las investigaciones muestran que el trauma afecta tanto al cuerpo como al cerebro, y la interacción con los caballos ha enseñado a muchos de estos jóvenes a ser más gentiles y a mantener la calma. Murphy-Harpst, una agencia con más de 100 años de historia, se dedica a ayudar a niños vulnerables que han sufrido abuso, negligencia y abandono. Actualmente, están atendiendo a unos 140 niños, brindando terapia intensiva y ayudándolos a desarrollar habilidades para una vida independiente.
Este programa no solo está ayudando a los niños a sobrellevar su pasado, sino también a construir un futuro más esperanzador, todo gracias a la conexión terapéutica que han encontrado con los caballos.