La deforestación en la Amazonia brasileña descendió un 45,7 por ciento entre agosto de 2023 y julio de 2024, el mayor desplome proporcional para el período, informó hoy el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
De acuerdo con los datos del sistema Deter-B, herramienta del Gobierno que genera alertas rápidas para evidencia de cambios en la cobertura forestal en la Amazonía y el Cerrado, la superficie bajo alerta es de 4.314,76 kilómetros cuadrados (km²), la menor de la serie histórica iniciada en 2016.
Mientras que en el Cerrado, el segundo mayor bioma del gigante sudamericano, hubo un aumento del nueve por ciento en el mismo periodo (7.015 km²).
Lo anterior supone un descenso de casi un 46 por ciento en comparación con el periodo anterior. Los cálculos de deforestación más precisos suelen publicarse en noviembre.
Al presentar los números, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, destacó ante la prensa que desde que asumió el actual Gobierno, al inicio de 2023, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva priorizó la agenda de desmantelamiento cero tanto para la Amazonia como para todos los biomas brasileños.
«Ya tenemos el plan para la Amazonia, estamos en proceso de implementar el plan para el Cerrado y estamos trabajando en los planos para los demás biomas, así como en los ejes de los planos de enfrentamiento al desmantelamiento», señaló.
Según el Gobierno, de agosto de 2023 a julio de 2024 acaeció una mengua en la deforestación en cinco de los nueve estados de la Amazonia Legal: Rondônia (63 por ciento), Amazonas (58), Acre (54), Mato Grosso (52) y Pará (47,7).
En el caso de los 70 municipios del bioma, considerados prioritarios para el combate a la deforestación y que concentran más de la mitad de la deforestación en la Amazonia, hubo una caída del 53 por ciento en el área bajo alerta en la etapa.