Cientos de migrantes llegan a la frontera de México-Estados Unidos, algunos buscan asilo político, otros pasar sin ser descubiertos, pero todos persiguen lo mismo: lograr el sueño americano.
Pero las personas en movilidad no son las únicas que están en ambos lados del muro fronterizo, en las 1,951 millas de largo de la frontera convergen aquellos que buscan una vida mejor, quienes dejan todo por ayudarlos, las autoridades que cumplen su deber y quienes de manera voluntaria los cazan.
La frontera es un lugar inhóspito, el calor es sofocante, el sol abrasador, todos esos factores se suman al cansancio de una larga travesía para poder llegar ahí, además de a las esperanzas y el miedo que hay en cada una de esas personas que dejó su vida y su patria atrás porque la pobreza, la violencia o cualquier otro factor hizo imposible que siguieran en el mundo que conocían.
Solo 700 millas tienen el muro de acero y concreto, que divide dos países, que es imposible de penetrar y cuenta con tecnología militar para impedir el paso irregular de las personas, en algunas partes hay un alambrado de púas para dificultar más el cruce no legal.
Muchas son las personas que luego de emprender un largo y arduo viaje, no logran cumplir su sueño americano, en el sitio quedan los vestigios de sus historias, ropa, documentos y muchas otras cosas que los acompañaron quedan tiradas como mudos testigos de la odisea que vivieron.
Las cifras de la migración
En el año fiscal de 2023, alrededor de 250,000 personas fueron detenidas en la zona de San Diego, la gran mayoría después de caminar por días para llegar a la frontera.
Muchas de las personas que llegan a solicitar asilo y se entregan a la Patrulla Fronteriza no saben qué responder en los interrogatorios y eso es lo que puede marcar que se rechace su solicitud y sean deportados.
Algunos nacimientos se han registrado en la frontera de México-Estados Unidos, los padres y los bebés son metidos en los vehículos de la Patrulla Fronteriza, en una especie de jaula, que deja la marca del drama de la migración.
Hay distintos panoramas en las personas que no son deportadas, algunas son llevadas a centros de migrantes y otras liberadas en las estaciones de trenes o autobuses más cercanas, ellos llevan documentos que deberán presentar en la Corte migratoria, pero la premura de llenar rápido los papeles hace que a veces tengan errores y eso los perjudique en el largo plazo.
Pero una entrevista con un juez de inmigración no es garantía de nada, los casos acumulados en las cortes estadounidenses llegan casi a 3.6 millones, de esos, 1.3 millones corresponden a migrantes con casos de deportación pendientes. El 86% de ellos, no tienen acceso a abogados.