James White III fue enviado a prisión por robo a mano armada en 2005.
«Cuando fui a la cárcel, una de las cosas que me dije a mí mismo es que no quería ser un número», dijo White.
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El nativo del condado de Coweta sirvió dos años y se dio cuenta de que quería algo mejor. Ahora ha pasado de prisionero a fiscal. Ahora se sienta como asistente de abogado general en el condado de Fulton.
«Muchas personas de esta comunidad, cuando dices fiscal, es la policía. Tenemos que enseñar a nuestros hijos a ser fiscales, a ser legisladores», dijo White.
Ahora dirige la Fundación James for Change. Abrió un centro de pruebas de GED en el mismo complejo de apartamentos de Newnan que fue la casa de su infancia.
«Quería llegar a donde la gente pobre, que no tienen el dinero de la gasolina o tienen su propio internet o no tienen su propio ordenador portátil», dijo White.
Las personas que viven en el complejo de apartamentos de Eastgate, como Lameisha Bell, aprecian tener el centro en su vecindario.
«El hecho de que hayas cometido ese error [el crimen], eso no significa que no puedas superarlo y hacer otra cosa», dijo Bell.
White tiene la esperanza de que su historia pueda motivar a otros a nunca darse por vencidos y mirar todas las opciones, incluso después del encarcelamiento.
«Si estás en ese tipo de problemas, te aconsejo que no te rindas porque el fracaso no es definitivo», señaló White.
