Las autoridades panameñas hallaron los cuerpos de 10 migrantes que murieron ahogados al ser sorprendidos por una crecida de río, mientras atravesaban la selva del Darién, informó este miércoles en un comunicado el Servicio Nacional de Fronteras del país (Senafront).
Según la Policía que custodia la frontera con Colombia, el hecho sucedió en las afluentes de un río cercano a la comunidad de Carreto, Guna Yala.
La muerte de estas personas ocurre a pesar de que desde principios de julio, el nuevo gobierno, a cargo del presidente de Panamá José Raúl Mulino, colocó alambres con púas o serpentinas en al menos cinco trochas, para que, según el Senafront y el Ministerio de Seguridad del país, los migrantes que entren ilegalmente por la frontera con Colombia, se vean obligados a usar una sola entrada autorizada.
En el comunicado del Senafront se reitera que el objetivo es «canalizar la migración irregular por el corredor humanitario que ofrece mayor protección a la población migrante, la delincuencia organizada transnacional a través de colaboradores locales de estas comunidades costeras del Caribe insisten en utilizar pasos no autorizados, poniendo en grave riesgo la vida de estas personas como es el caso que se investiga».
El único paso autorizado para la migración es el que conduce a Cañas Blancas, en Darién, «donde se disponen de patrullas especializadas para su protección y asistencia humanitaria», se explicó en el comunicado del Senafront.
Agrega el organismo que informó al Ministerio Público de la muerte de estas 10 personas «considerando que supuestamente se hayan sepultado estos cuerpos para encubrir sus nexos criminales con el tráfico de migrantes».
Cifras del Servicio Nacional de Migración de Panamá indican que en lo que va de 2024 y hasta el lunes, 216.005 migrantes entraron al país de forma irregular; mientras que el Ministerio de Seguridad dice que con las nuevas medidas implementadas se registra una disminución, ya que en junio pasaron 31.049 migrantes, y en lo que va de julio, solo registran 11.386.