La Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de Ecuador capturaron el domingo a once presuntos integrantes de la banda criminal Los Lobos, dos de ellos menores de edad, tras un enfrentamiento armado que tuvo lugar en un campamento minero situado en el sur de los Andes ecuatorianos.
El enfrentamiento tuvo lugar en una mina del cantón (municipio) Camilo Ponce Enríquez, un enclave minero de la sureña provincia andina de Azuay donde en los últimos meses han irrumpido las bandas criminales para tratar de hacerse con el control de la extracción de minerales en la zona.
La Policía explicó este lunes en un comunicado que la operación se inició después de que recibieran una alerta sobre trabajadores secuestrados por personas armadas en la mina ‘La Epifanía’.
Al llegar al lugar, las fuerzas del orden no encontraron indicios de secuestro, pero sí escucharon detonaciones de armas de fuego en una mina cercana llamada ‘San Sebastián II’, a la que se dirigieron de inmediato.
Allí hallaron señales del uso de armas de fuego y al ingresar en una de las entradas de los yacimientos, descubrieron a varios ciudadanos que buscaban apoderarse de las minas, y con los que intercambiaron disparos.
Los Lobos son una de las bandas criminales más grandes que operan en Ecuador, tras haber desplazado a otras de mayor antigüedad como Los Choneros en algunas zonas del país.
En el lugar del enfrentamiento se encontraron dos armas de fuego, 276 cartuchos de balas percutidos, 514 cartuchos sin disparar, cinco cargadores, cuatro teléfonos móviles, una motocicleta que había sido reportada como robada, una mira telescópica, dos pasamontañas y un chaleco antibalas.
La Policía reportó también la incautación de material relacionado con la explotación minera clandestina como 300 detonadores, 193 tacos de dinamita, 100 cápsulas explosivas, cuatro cargas cebadas con explosivos, 20 metros de cordón detonante y siete metros de mecha lenta.
Camilo Ponce Enríquez se ha vuelto uno de los puntos más violentos de Ecuador, con al menos una quincena de homicidios en las últimas semanas, entre ellos la masacre de ocho personas en una concesión minera, donde los cadáveres fueron encontrados días después.
También en abril fue asesinado el alcalde del municipio, en las vísperas del plebiscito convocado por el Gobierno para aplicar reforzar la lucha contra el crimen organizado, con reformas como elevar las penas de delitos como la minería ilegal y permitir la extradición de delincuentes que estén requeridos por la Justicia de otros países.
A inicios de julio, la Policía Nacional de Ecuador informó de la liberación en Camilo Ponce Enríquez de 49 personas que habían sido secuestradas, presuntamente por Los Lobos.
Las víctimas fueron secuestradas en áreas mineras del sector, donde las autoridades detuvieron a dos colombianos identificados como Jhon Freddy G.P. y Wilver Ferney G.B., presuntamente vinculados al hecho ilícito, y quienes no tenían antecedentes penales.
Al ingresar para liberar a las víctimas, los agentes encontraron a 46 hombres y 3 mujeres, incluida una adolescente, atadas de pies y manos, quienes manifestaron que se encontraban secuestrados desde hacía dos días atrás.
Otro enfrentamiento con fuego cruzado se dio el pasado viernes en la concesión minera Tormenta.
Desde inicios de año, el presidente Noboa elevó la lucha contra el crimen organizado a la categoría de «conflicto armado interno», con el que pasó a catalogar a las bandas criminales como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales.
A las bandas del crimen organizado, dedicadas principalmente al narcotráfico, se les atribuye la ola de violencia que azota a Ecuador y que le ha llevado a figurar como el país con más homicidios per cápita, al registrar 47,2 por cada 100.000 habitantes en 2023, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO).