El presidente de EE.UU., Joe Biden, afrontó este sábado nuevas presiones del Partido Demócrata para que abandone la campaña a su reelección en noviembre mientras que su rival, el republicano Donald Trump, endureció notablemente el tono aprovechando su debilidad.
Biden, aún aislado en casa recuperándose del COVID-19, fue eclipsado hoy por la vicepresidenta Kamala Harris, que acudió en solitario a un acto de recaudación en Massachusetts con cargos electos y celebridades y obtuvo más de 2 millones de dólares, según los periodistas que la siguen.
«Harris, potencial sucesora de Biden para muchos críticos, dijo en su discurso que, en “cada decisión que toma en el Despacho Oval”, el presidente piensa en la clase trabajadora, y expresó su esperanza en el binomio que forman: “Vamos a ganar. No será fácil, hay que creer en algo e ir por ello”.
No obstante, hoy se sumaron nuevos nombres a la treintena de demócratas del Congreso que reclaman al presidente cejar en su empeño electoral, como el legislador de California Mark Takano, quien reveló su apuesta por Harris como relevo.
La senadora progresista Elizabeth Warren, por su parte, reconoció en MSNBC que Biden tiene una “decisión que tomar” y valoró la experiencia de Harris como fiscal para enfrentarse a un “delincuente condenado”, en referencia a Trump.
Aparte de eso, según CNN, la Casa Blanca recibió el viernes una carta de más de medio centenar de antiguos funcionarios de alto nivel de distintas administraciones, incluidos en puestos de política exterior y seguridad nacional, que instaron a Biden a “pasar la capa del liderazgo”.
Y según NBC, la familia de Biden ha tenido conversaciones sobre un posible fin de campaña que enfatizan que, si finalmente se retira, debería dejar a su partido en posición de ganar a Trump y honrar las más de cinco décadas que ha dedicado a servir al país en diferentes cargos.