Una de las escuelas privadas más prestigiosas del Reino Unido, George Heriot’s School, situada en el corazón de Edimburgo, ha ganado notoriedad por sus posibles vínculos con el mundo mágico de Harry Potter. Aunque J.K. Rowling nunca ha confirmado George Heriot’s School como la inspiración directa para Hogwarts, las coincidencias son notables y difíciles de ignorar.
El George Heriot’s College se fundó a principios del siglo XVII por el orfebre George Heriot, con el propósito de proporcionar educación gratuita a los niños huérfanos de la ciudad. Esta misión sigue vigente hoy en día, lo que permite que niños sin padre accedan a una educación de calidad, algo que también ocurre en Hogwarts con Harry Potter y muchos otros personajes de la saga.
George Heriot’s School abre sus puertas al público solo en ocasiones especiales
J.K. Rowling ha mencionado en ocasiones que escribió partes de sus libros en la cafetería The Elephant House, cuyas ventanas dan al Castillo de Edimburgo y al cementerio de Greyfriars, escenarios que dominan la vista desde George Heriot’s School. Este antiguo cementerio es notorio entre los fanáticos de Harry Potter por contener lápidas con nombres que aparecerían en los libros, tales como McGonagall y Thomas Riddell (el nombre real de Voldemort, el antagonista de la saga).
Los estudiantes del George Heriot’s College visten uniformes y se agrupan en cuatro casas que compiten entre sí a lo largo del año, una dinámica muy similar a la de Hogwarts. Las casas son Lauriston (verde, como Slytherin), Raeburn (rojo, como Gryffindor), Castle (azul, como Ravenclaw) y Greyfriars (blanco, como Hufflepuff). Durante el año escolar, estas casas acumulan puntos en función del desempeño académico y deportivo de sus estudiantes, y esto se refleja en unos tablones, lo que representa otra similitud con Hogwarts.
Rowling escribió muchas partes de Harry Potter mientras observaba lugares emblemáticos de Edimburgo
El George Heriot’s College se ubica estratégicamente en un terreno verde dividido por un camino de grava, rodeado de un imponente edificio románico. Esta escuela forma parte del paisaje histórico de Edimburgo, lo que ofrece vistas espectaculares del Castillo de Edimburgo y otros puntos históricos como Grassmarket.
Los requisitos de admisión en George Heriot’s School son estrictos y costosos, con una matrícula anual que varía entre 7.000 y 11.000 libras (aproximadamente entre 8.540 y 13.420 dólares estadounidenses). Sin embargo, su fundador estipuló que los huérfanos pudieran estudiar gratis, un compromiso que la escuela mantiene hasta hoy. Además, la escuela es reconocida por obtener los mejores resultados en los exámenes superiores de Escocia, lo que refleja su alta calidad educativa.
En sus más de 400 años de historia, la escuela ha evolucionado, pero se mantiene fiel a la visión de su fundador. George Heriot, quien no dejó herederos legítimos, destinó la mayor parte de su fortuna a la educación de niños huérfanos y desfavorecidos, un gesto que ha impactado la historia educativa de Escocia y la vida de miles de estudiantes.
J.K. Rowling ha sido clara en que no modeló Hogwarts directamente a partir de George Heriot’s School. Sin embargo, Edimburgo y sus elementos arquitectónicos están impregnados en la saga de Harry Potter. De hecho, ella ha declarado: “Para mí, Hogwarts es un lugar muy real… Siempre lo imaginé en Escocia… lo que… nunca se hizo explícito en los libros, pero el lector británico lo sabrá porque si viajas durante un día desde la estación de King’s Cross en Londres y vas hacia el norte, terminas en Escocia”.
A lo largo del año, George Heriot’s School abre sus puertas al público solo en ocasiones especiales, como en el Open Doors Day en septiembre. Durante el resto del año, el acceso está limitado a los estudiantes y el personal. Sin embargo, la belleza de su arquitectura y su impresionante ubicación en el centro de Edimburgo la hacen visible desde varios puntos de la ciudad, como la explanada del castillo de Edimburgo y Victoria Street.
La integración entre la realidad y la ficción es fascinante en este caso. Rowling escribió muchas partes de Harry Potter mientras observaba lugares emblemáticos de Edimburgo, y la esencia de estos lugares parece haber filtrado su magia en las páginas de su mundialmente famosa saga.