La exfiscal anticorrupción guatemalteca Virgina Laparra salió al exilio subrepticiamente tras ser condenada a cinco años de prisión en un polémico proceso, informó ella misma este jueves (18.07.2024) en una carta divulgada en redes sociales.
«Decidí salir al exilio para preservar mi vida», afirmó la exfiscal, quien estaba bajo arresto domiciliario y con prohibición de salir del país, justificando su decisión porque «la persecución judicial» en su contra «amenaza con seguir».
El presidente Bernardo Arévalo, quien la había condecorado en marzo, escribió en la red X: «mientras Virginia se ve obligada a abandonar el país, los corruptos se pasean impunemente por las calles» de Guatemala.
De 44 años y madre de dos hijas, Laparra fue condenada la semana pasada por un tribunal de la ciudad occidental de Quetzaltenango por revelar información confidencial, en un proceso criticado por la comunidad internacional.
Sumó así su segunda condena, luego de que el 16 de diciembre de 2022 fuera sentenciada a cuatro años de prisión en otro polémico proceso en el que se le acusó de haber denunciado a un juez sin poseer atribuciones para ello.
Laparra fue detenida el 23 de febrero de 2022 en medio de una ola represiva bajo el gobierno anterior del presidente Alejandro Giammattei (2020-2024), contra una treintena de fiscales y jueces que habían tenido a cargo sonados casos de corrupción.
Muchos de ellos optaron por exiliarse tras la persecución promovida por la fiscal general Consuelo Porras, quien está sancionada por Washington y la Unión Europea, que la consideran «corrupta».
De momento se desconoce el país de su exilio. Un miembro de su defensa indicó que se enteró de su salida por la «carta pública».
La organización Amnistía Internacional la consideraba como «presa de conciencia», al afirmar que fue procesada por su labor antimafia.