Hallan culpable al senador demócrata Bob Menendez en juicio por corrupción. Fiscales señalaron que abusó de su cargo para proteger a aliados y enriquecerse.
El senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez, uno de los políticos latinos más influyentes de Estados Unidos en las últimas décadas, fue declarado culpable por los cargos de aceptar sobornos a cambio de ayudar en secreto a los gobiernos egipcio y catarí, y de usar su influencia para enriquecer a tres empresarios de Nueva Jersey, tras un juicio que se extendió poco más de un mes en una corte federal de Nueva York.
De forma unánime, el jurado determinó que Menéndez es culpable de los 16 cargos que enfrentaba, entre ellos: conspiración para cometer soborno, fraude, extorsión, obstrucción de justicia, y acciones para beneficiar de forma ilegal a empresarios de Nueva Jersey y actuar como agente extranjero de Egipto, según el veredicto leído en una sala de juicio colmada por el público, abogados y periodistas.
El veredicto de culpabilidad marca lo que muchos ven como el final de la carrera política de Menéndez, de 70 años, que se inició hace más de cuatro décadas en la junta escolar de Union City, Nueva Jersey, el pequeño pueblo donde creció este hijo de inmigrantes cubanos.
Tras el fallo del jurado, los llamados desde su propio partido para que Menendez se aparte de su cargo no se hicieron esperar. “El senador Menéndez ahora debe hacer lo correcto para sus electores, el Senado y nuestro país: renunciar”, dijo el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Andy Kim, representante demócrata por Nueva Jersey, a quien las encuestas perfilan como su sucesor en el Senado, también le pidió a Menéndez dejar su cargo “inmediatamente”. “Es un día triste y sombrío para Nueva Jersey y nuestro país. Nuestros servidores públicos deben trabajar para el pueblo, y hoy vimos al pueblo juzgar al Senador Menéndez como culpable e incapaz de servir (…) La gente de Nueva Jersey merece algo mejor”, comentó Kim.
Dos de los empresarios involucrados en el caso, Wael Hana y Fred Daibes, también fueron juzgados junto con Menéndez. En el caso de Hana, el jurado lo consideró culpable de cargos similares. Daibes también fue declarado culpable por los mismos cargos.
El jurado, compuesto por seis hombres y seis mujeres, deliberó un total de 12.5 horas en un período de tres días. Según reportó la cadena NBC News desde la sala de juicio, en el momento en que el jurado leyó el veredicto algunos de sus familiares rompieron a llorar. El juez que presidió el caso programó la sentencia para el 29 de octubre.
El juicio de la esposa de Menéndez, Nadine, también acusada en la causa, fue pospuesto de forma indefinida después de que ella fuera sometida a una cirugía relacionada con un diagnóstico de cáncer de mama.
Un tercer empresario acusado, José Uribe, quien le regaló un Mercedes Benz descapotable a la esposa del senador, Nadine, se declaró culpable en marzo por cargos de soborno y obstrucción de la justicia, entre otros, y acordó cooperar con la Fiscalía en el caso contra Menéndez. La acusación detallaba que Uribe dio el vehículo a cambio de que el congresista usara su influencia para presionar a la oficina del Fiscal General de Nueva Jersey para que resolviera dos casos penales contra un socio y un empleado suyos.
Esta es la segunda vez que Bob Menéndez enfrenta un juicio por corrupción. En 2015 fue imputado por el Departamento de Justicia (bajo la presidencia del demócrata Barack Obama) por fraude y sobornos en un caso vinculado a un contrato federal con el Gobierno dominicano pero, tres años después, el juicio fue declarado nulo ante la incapacidad del jurado para alcanzar un veredicto y Menéndez quedó libre de cargos.
En septiembre anterior, el FBI allanó la casa de Menéndez en Englewood Cliffs, Nueva Jersey, donde encontró 13 lingotes de oro y más de 400,000 dólares en efectivo dentro de zapatos y bolsas, incluyendo fajos de billetes en una chaqueta del “Caucus Hispano del Congreso” al que pertenece el senador, según las imágenes reveladas por el Departamento de Justicia y que, de acuerdo con los fiscales, fue parte de los sobornos que recibió.
Otros 70,000 dólares fueron hallados en la caja de seguridad de su esposa, revelaron las autoridades.
Hijo de padres cubanos, Robert Bob Menendez creció en un viejo edificio de apartamentos en Union City, un municipio de poco más de una milla cuadrada en el condado de Hudson, Nueva Jersey. Allí comenzó su carrera política en los años 1970, primero como miembro de la junta escolar local y luego como asistente y protegido del entonces alcalde y senador estatal demócrata William Musto.
En 1982, Menéndez testificó en el juicio por corrupción contra Musto, de ascendencia italiana, y otros funcionarios municipales de Union City. Su testimonio fue clave para que lo condenaran por cargos de extorsión y fraude. Menéndez asistió a la corte protegido con un chaleco antibalas, en un tiempo en el que algunos políticos municipales del norte de Nueva Jersey cruzaban sus caminos con la mafia local.
Cuatro años después, en 1986, Menéndez se convirtió en alcalde de Union City y aceleró su ascenso político en el condado de Hudson: en seis años llegaba a Washington, D.C., como representante del 13° distrito de Nueva Jersey, de mayoría latina. En 2006 alcanzó el Senado y, en siete años más, la presidencia del influyente Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta.
“Crecí como hijo de refugiados pobres en un edificio de Union City, fui el primero en ir a la universidad. Si me hubieran dicho entonces que podría ser uno de los 100 senadores de Estados Unidos en un país de 330 millones de habitantes, habría dicho que eso no era posible. Pero es la promesa de EE.UU. cumplida”, dijo Menéndez en 2021.
“NO HAY VUELTA ATRÁS”
Tras su imputación en septiembre anterior, el senador abandonó la candidatura demócrata a la reelección en las elecciones de noviembre, pero presentó su candidatura como independiente. Sin embargo, las encuestas le pintan un panorama muy promisorio: un sondeo realizado en marzo por la Universidad de Mammoth registró que el 75% de residentes de Nueva Jersey creía que el senador es “probablemente culpable”; una cifra similar desaprueba su labor como senador, y seis de cada 10, incluyendo los demócratas, opinaban que debía renunciar.
Hoy, en círculos políticos de Nueva Jersey ven muy difícil la posibilidad de que la carrera del senador pueda recuperarse de este escándalo, sin importar el veredicto del jurado.
“Creo que sus días están contados. Creo que no hay vuelta atrás”, indicó Micah Rasmussen, director del Instituto Rebovich de Política de Nueva Jersey y quien fue secretario de prensa del gobernador demócrata Jim McGreevey, hace 20 años.