Los electores de las zonas de Siria controladas por el gobierno votan este lunes (15.07.2024) en las cuartas elecciones legislativas desde el inicio de la guerra civil en 2011. Se espera que los resultados ofrezcan una amplia mayoría al Partido Baaz del presidente, Bashar al Asad, que concurre junto a las ocho formaciones con las que ha estado tradicionalmente aliado bajo el paraguas del denominado Frente Nacional.
El Baaz, en el poder desde 1963, y sus aliados laicos de izquierda y nacionalistas árabes se presentaron a estos comicios sin casi oposición. La única alternativa son los candidatos independientes. Más de 1.500 personas se presentan para ocupar los 250 escaños del Parlamento, después de que otros 7.437 de ellos se retiraran por diferentes motivos antes del comienzo de la cita. Según el sistema en vigor en Siria, donde se vota cada cuatro años, 127 escaños están reservados para candidatos de profesiones obreras o de la agricultura. El resto son para otras profesiones.
Más de 8.150 colegios electorales abrieron sus puertas a las siete de la mañana y permanecerán abiertos hasta las siete de la tarde, en un horario prorrogable hasta cinco horas en caso de afluencia de votantes se mantenga. La votación se produce en 14 provincias del país, incluidos algunos en las demarcaciones de Idlib y Al Raqa, predominantemente fuera del control de Damasco.
«Debemos asumir la responsabilidad de elegir a buenas personas y no repetir los errores del pasado votando a los habituales que no pueden cambiar nada», declaró a AFP una empleada del Ministerio de la Salud de 49 años que votó en Damasco, la capital. Según dice a Efe Mohamed Osei, un profesor de 33 años, «levantaban los mismos lemas en el pasado y no han cumplido», por lo que en esta ocasión no les otorgará su voto.
La familia Al Asad controla el partido Baaz desde 1970, inicialmente a través del expresidente Hafez al Asad y, desde su muerte en 2000, bajo la batuta de su hijo Bachar. Desde que empezó la guerra en 2011 ha vivido una época de aislamiento internacional de la que empezó a salir el año pasado con su participación en una reunión de la Liga Árabe o con su viaje a China.