El país se encuentra de luto tras la partida de Yola Polastri, reconocida figura de la televisión y la música infantil en el Perú, que a los 74 años sufrió un infarto cerebral que la llevó a ser internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica local para luego ser dada de alta y fallecer en su hogar. Polastri deja un legado imborrable en la cultura popular del país, siendo recordada por su carisma y no solo por dedicarse al entretenimiento, sino también a la educación y promoción de valores fundamentales como la amistad, el respeto y la solidaridad.
“Me estoy jugando los últimos partidos, pero continuaré con shows privados que me demandan menos esfuerzo, sobre todo a nivel de organización”, mencionó la cantante a principios de este año en entrevista con el diario Expreso tras retirarse de los escenarios con 50 años de trayectoria artística.
Desde sus primeros días en el mundo del espectáculo, Yola Polastri demostró un talento innato y una pasión desbordante por el arte. Nacida como Yolanda Piedad Polastri Giribaldi, comenzó a destacarse en el ámbito artístico desde una edad temprana. Sus primeros pasos en la danza, becada por el ballet de Miraflores y el ballet Trudy Kressel, marcaron el inicio de una carrera llena de éxitos y reconocimientos.
Con el paso del tiempo, Yola canalizó su vocación por la actuación, formándose en el Club de Teatro de Lima y consolidando así su destreza en las tablas. Su incursión en la televisión peruana se produjo a la edad de 17 años, cuando ingresó a Panamericana Televisión, participando en diversos programas y telenovelas que le permitieron ganar experiencia y reconocimiento en la industria.
Su carrera se forjó en emblemáticos programas como “El Mundo de los Niños” y “Hola Yola”, que se convirtieron en referentes indiscutibles de la televisión infantil en el Perú. Durante más de dos décadas, su presencia en la pantalla chica inspiró y divirtió a generaciones enteras, ganándose un lugar privilegiado en la memoria de varias generaciones de televidentes.
Especialmente el programa “Hola Yola” se erigió como uno de los programas infantiles más recordados en la historia de la televisión peruana. Conducido por la carismática Yola Polastri, este espacio televisivo se convirtió en una cita ineludible para niños y niñas de todas las edades. A través de juegos, canciones y enseñanzas, Yola logró cautivar a su audiencia, transmitiendo valores de amistad, solidaridad y diversión.
Durante este periodo, su elenco estuvo conformado por chicos y chicas de distintas edades que no sobrepasaban los 19 años. Eran escogidos por medio de tres cástines de un total de 1000 personas (entre niños y adolescentes). Estas pruebas tenían una duración de tres días (un casting por día) en los cuales tenían que demostrar un buen desempeño para lograr pasar a la segunda ronda y después a la última ronda. Finalmente, eran seleccionados como “Pollitos”, niños de temprana edad de 3 a 6 años, o “Burbujas”, niños o niñas de 7 años, aproximadamente, hasta los 14 o 15 años.
Pero Yola no solo brilló como animadora, sino también como cantautora, dejando un legado de canciones que se han convertido en verdaderos himnos de la infancia peruana. Temas como “La Gallina Turuleca”, “Mi Ranchito”, “El Telefonito” y “Merenyola” forman parte del repertorio musical que acompañó la niñez de miles de peruanos.
Su influencia trascendió las pantallas de televisión para extenderse a escenarios teatrales y eventos masivos, donde Yola compartió su arte y su pasión por el entretenimiento infantil. Su compromiso con la formación de nuevos talentos se reflejó en la creación de la Asociación Cultural “Hola Yola”, donde continuó impulsando el desarrollo artístico de jóvenes promesas.
A lo largo de su vida, dedicó tiempo y recursos a apoyar iniciativas que buscaban mejorar la calidad de vida de niños y familias en situación de vulnerabilidad, dejando un legado de solidaridad y compromiso con su comunidad. Su carrera continuó con presentaciones en diversas locaciones del Perú hasta el anuncio de su retiro artístico en el 2023. Después de más de cincuenta años de trayectoria, la artista ofreció su último gran show en vivo en el coliseo Eduardo Dibos.
Su partida deja un vacío en el mundo del espectáculo, pero su legado perdurará en la memoria de aquellos que crecieron bajo su influencia. Hoy, el país despide a una de sus más grandes figuras, pero su esencia y su alegría seguirán vivas a través de sus inolvidables canciones y su inigualable legado televisivo.