Este jueves fue día de fiesta en la Casa Blanca. Entre barbacoa, actuaciones musicales y fuegos artificiales, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tuvo un par de intervenciones y algún momento fuera de guion. Desde su desastroso debate de la semana pasada frente a Donald Trump en la CNN, cada aparición de Biden en público es objeto de un escrutinio especial. Este jueves leyó su discurso en las pantallas, pero después bajó del atril y, micrófono en mano, dijo algunas palabras más. Dejó el titular esperado: “No me voy a ninguna parte”.
Las presiones políticas, mediáticas y de los donantes para que Biden se aparte de la carrera han ido en aumento durante los últimos días. Cunde la sensación de que el presidente no lograría derrotar a Trump en las presidenciales del 5 de noviembre, puesto que el presidente se ha escapado en las encuestas. Además, los congresistas demócratas que se juegan la reelección en esa misma fecha tienen miedo de que el mal momento de Biden arrastre a todo el partido.
Biden es consciente de que vive días decisivos y que necesita despejar las dudas sobre su agudeza mental. El miércoles, en una reunión con gobernadores demócratas en la Casa Blanca se permitió bromear al respecto. Dijo que estaba bien de salud, que lo que le fallaba era el cerebro, según recogió AP. A más de uno de los presentes se le quedaría la sonrisa congelada. El presidente también reconoció en esa reunión que necesita dormir más y limitar los actos nocturnos para poder acostarse antes y estar descansado para el trabajo, según informaron los medios estadounidenses.
Durante esa reunión, Biden dijo a los gobernadores que había sido examinado por su médico tras su actuación en el debate, pese a que unas horas antes, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, había dicho que Biden no había sido examinado por el médico.
No son mensajes que tranquilicen demasiado, pero el presidente ha intensificado su agenda para tratar de demostrar que está en forma. Este jueves, en la Casa Blanca, entre los invitados a una barbacoa para militares veteranos, alguien le dijo: “Sigue luchando. Te necesitamos” y fue ahí cuando Biden contestó: “Me tienes hombre. No me voy a ninguna parte”.
La intervención formal de Biden fue breve y vino precedida de otra de la primera dama, Jill Biden, cada vez más activa en los actos públicos de su marido, y por otra del secretario de Defensa, Lloyd Austin. Biden tuvo una segunda intervención más tarde, esta vez sin teleprompter, pero en ella se limitó a felicitar el 4 de julio y soltar dos o tres frases hechas más.