El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acusó este domingo (30.06.2024) a la prensa de mentir sobre su Gobierno y de querer destruirlo ante la opinión pública, ahondando así su enfrentamiento con el periodismo, del que dice que está alineado con «la extrema derecha».
Así lo manifestó el presidente en un extenso escrito publicado en X (antes Twitter) en respuesta a una columna de la periodista Ana Bejarano en la revista Cambio, en la que defiende a la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) de los ataques del mandatario, de quien asegura que está «en una cruzada contra la prensa» y que «necesita convertirse en la única fuente de la verdad».
«El periodismo debe buscar siempre la verdad, por difícil que sea. Hoy, contrario a la verdad, se usa la mentira de manera generalizada, se ocultan fechas en titulares para endilgarle corrupción a este Gobierno cuando es de otros, o, peor, para hacer propaganda política en favor de la extrema derecha. Los grupos neonazis parecieran dominar el relato mediático», escribió Petro en X.
La pelea con los medios tomó fuerza en los últimos días después de que la periodista María Jimena Duzán publicó en Cambio una columna en la que, a modo de «derecho de petición», hacía una serie de preguntas a Laura Sarabia -mano derecha del presidente y directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE)- sobre su hermano Andrés «por su presunta participación en actos irregulares de contratación estatal».
Petro aseguró el 28 de junio que, a raíz de esa situación, Sarabia tuvo que ser hospitalizada. Luego, publicó un mensaje en el que vinculaba a la FLIP con el exvicepresidente uribista Francisco ‘Pacho’ Santos (2002-2010), señalado de supuestos vínculos con paramilitares, porque en 1996, siendo periodista de El Tiempo, estuvo entre los fundadores de esa organización, de la que luego se retiró.
«¿Y cuándo la FLIP de Pacho Santos defenderá la ciudadanía contra la calumnia vestida de información?», publicó Petro, lo que provocó una enérgica repuesta de muchas de las personas que ejercen periodismo y que tienen prestigio en el país -todas muy distantes del uribismo- que se sumaron a la respuesta de la propia FLIP.
«FLIP no es de Pacho Santos. Lucha por la libertad de prensa que es esencial para la democracia. Usted está equivocado y debería tomar un respiro antes de seguir este camino que no lo lleva a nada bueno», sostuvo Daniel Coronell, también de Cambio.
Por su parte, Claudia Báez, cofundadora y directora de Cuestión Pública -medio digital ganador en 2023 del Premio Internacional Rey de España de Periodismo al Medio de Comunicación de Iberoamérica- le reclamó a Petro que en vez de atacar a la FLIP debería preocuparse por el hecho de que «en el país que usted dirige, señor presidente, asesinan a un periodista cada mes y medio (2024)».
«El camino ante el desacuerdo no puede ser el ataque a las instituciones pilares de la sociedad civil que aportan y construyen democracia en este país. La FLIP es un organización reconocida y condecorada internacionalmente. Su voz va más allá de Colombia», manifestó Báez.
Petro también cuestionó a la FLIP por la guerra en Gaza: «¿Alguna vez han denunciado la muerte de alguno de los más de cien periodistas asesinados a sangre fría por (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu? ¿Por qué no lo han hecho?»
«Vuelve Ud. a desinformar. La FLIP se sumó a la campaña liderada por organizaciones internacionales como el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) rechazando y condenando el asesinato de periodistas en Gaza», le contestó el director de la FLIP, Jonathan Bock.
En favor de la libertad de prensa se manifestó también Helena Urán Bidegain, asesora en Asuntos para la No Repetición de la Cancillería, quien ha sido crítica del presidente por «romantizar públicamente» a la guerrilla del M-19, de la cual hizo parte Petro en su juventud.
«Sea cual sea el trasfondo de la FLIP, un presidente jamás ataca a un/a periodista por muy mediocre, sesgado/a u odioso/a que se considere», escribió en X Urán, hija del magistrado Carlos Horacio Urán, desaparecido y asesinado en la operación militar que en noviembre de 1985 recuperó, a sangre y fuego, el Palacio de Justicia, tomado por la guerrilla del M-19.