La tercera temporada del drama de época de Netflix, “Bridgerton”, se estrenó recientemente, donde se encuentra Penélope Featherington ante el desconcertante panorama de una propuesta matrimonial inesperada de Colin Bridgerton. Los seguidores de la serie se preguntan si estos viejos amigos finalmente llegarán al altar y si Colin descubrirá el secreto significativo de Penélope. Una inquietud curiosa emerge: ¿Dónde son y cuanto valen las casas que usan en la serie?
La casa de los Featherington
La serie, ambientada en Londres, utiliza locaciones emblemáticas en Inglaterra para sus rodajes. Uno de los lugares clave es la majestuosa casa Featherington, reconocida por los fanáticos como el número uno de Royal Crescent, una casa adosada del siglo XVIII situada en Bath. Aunque en la ficción la casa de los Bridgerton debería estar frente a la de los Featherington, en la realidad Ranger’s House, un museo en el barrio londinense de Greenwich, hace las veces de la residencia Bridgerton.
AgentAdvice, un servicio de investigación y educación para profesionales inmobiliarios, ha calculado los valores de los edificios reales que aparecen en “Bridgerton”. Utilizando los precios locales medios por metro cuadrado, se estimó que el 1 Royal Crescent en Bath tiene un valor de aproximadamente 6,3 millones de dólares, basado en una media de 525 dólares por metro cuadrado. En contraste, Ranger’s House se valora en alrededor de 8 millones de dólares, a una media de 665 dólares por metro cuadrado.
Casa de los Bridgerton
La famosa Casa Ranger, que en la serie está situada en el exclusivo barrio de Mayfair, en realidad se encuentra junto al parque Greenwich. Esta villa georgiana con 300 años de historia ha albergado a miembros de la realeza y hoy contiene la colección de arte Wernher. Su valor supera los 71 millones de dólares. Según cálculos, adquirirla con un depósito del 25% y una hipoteca a 30 años implicaría pagar una cuota mensual de 238.202 dólares.
Palacio de Hampton Court
Entre los lugares más icónicos utilizados en la serie destaca el Palacio de Hampton Court, en el distrito londinense de Richmond, antiguo hogar del rey Enrique VIII y sus seis esposas. Esta edificación del siglo XVI es un tesoro nacional preservado, y su valor estimado es de más de 560 millones de dólares a 790 dólares por metro cuadrado.
Casa de los nuevos duques de Hastings
La majestuosa residencia del duque de Hastings y Daphne Bridgerton es en realidad el castillo de Howard, ubicado en Yorkshire. Esta propiedad, que apareció en el capítulo 6 de la primera temporada, tiene un valor estimado de 118 millones de euros. Con una hipoteca a 30 años y un depósito del 25%, la cuota mensual sería de 397.033 euros. Cuenta con 1.440 m² y amplios terrenos.
Wilton House
Otras locaciones incluyen Wilton House, con un valor de 47 millones de dólares, y Castle Howard, valuada en 27 millones de dólares. Estas propiedades históricas, aunque valiosas, también están abiertas al público para visitas, lo que permite a los seguidores de la serie explorar estos escenarios en la vida real.
La residencia Danbury
Cabe destacar que todas estas ubicaciones, desde las más grandiosas hasta las más modestas, contribuyen a crear la atmósfera única y opulenta de “Bridgerton”. La Residencia Danbury, otro lugar filmado donde reside Lady Danbury, tiene un valor cercano a los 7 millones de dólares.
En cuanto a cifras más detalladas, se utiliza el precio medio local para calcular los valores de las casas. Wilton House se estima en 380 dólares por metro cuadrado, Castle Howard, en 303 dólares por metro cuadrado y Holburne Museum, que sirve como la fachada de la residencia de Lady Danbury, se estima en 438 dólares por metro cuadrado. Por último, la casa Kingston Bagpuize, utilizada como una de las locaciones, tiene un valor promedio de 434 dólares por metro cuadrado.
La riqueza y la opulencia de las locaciones de “Bridgerton” no solo aportan al atractivo visual de la serie, sino que también generan interés por los valores inmobiliarios de estos edificios históricos. Cada propiedad no solo tiene un alto valor económico, sino también cultural y patrimonial, siendo piezas clave preservadas del legado británico.