Diversas organizaciones universitarias y activistas iraníes llamaron este miércoles al boicot de las elecciones presidenciales anticipadas del 28 de junio, algo que supone un delito en la República Islámica de Irán.
“Las elecciones en la República Islámica son una designación entre funcionarios del régimen que están comprometidos a mantener las políticas del sistema dictatorial islámico basadas en la misoginia, el encarcelamiento, las torturas y las ejecuciones”, indicaron los activistas en un comunicado conjunto.
Entre los firmantes figuran 10 organizaciones universitarias, dos organizaciones estudiantiles y diversos activistas sindicales y políticos.
“Nuestro voto y elección es la revolución de la ‘mujer, vida y libertad’”, aseguraron en referencia al lema de las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini en 2022 tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.
Las universidades jugaron un importante papel en esas protestas, que se alargaron durante meses y que desaparecieron tras una fuerte represión estatal que causó al menos 500 muertos.
Los firmantes consideraron que los seis candidatos presidenciales son un “puñado de personas con un historial de crímenes contra el pueblo de Irán”.
Irán celebra elecciones presidenciales anticipadas tras la muerte del ultraconservador presidente Ebrahim Raisí en un accidente de helicóptero junto con el ministro de Exteriores Hosein Amir Abdolahian y otras seis personas el 19 de mayo.
Seis candidatos se disputan la presidencia del país, entre los que destacan el favorito Mohamad Baqer Qalibaf, presidente del Parlamento, el ultraconservador Saeed Jalili y el reformista Masoud Pezeshkian.
Las elecciones se celebrarán en medio de un fuerte descontento de la población por la mala situación económica y la represión social, en especial contra las mujeres con la nueva campaña para reimponer el uso del velo, lo que amenaza una baja participación.
La República Islámica de Irán ha otorgado siempre una gran importancia a la participación en las elecciones como muestra de su legitimidad y respaldo popular.
Por ello, la Junta de Supervisión de la Prensa de Irán, órgano estatal que supervisa a los medios de comunicación del país, advirtió recientemente de que se considerará delito la publicación de contenido que incentive la baja participación.
De hecho, la activista iraní y premio Nobel de la Paz en 2023 Narges Mohammadi fue condenada ayer a otro año en prisión por llamar al boicot de las elecciones parlamentarias de marzo, entre otras acusaciones.
En esos comicios se registró la participación más baja en los 45 años de la República Islámica, ya que solo un 41 por ciento del electorado acudió a las urnas.