«Es imperativo que todos aquellos que cometieron crímenes rindan cuentas», declaró en un comunicado la presidenta de la Comisión Independiente Internacional de Investigación para los Territorios Palestinos, la sudafricana Navi Pillay.
En su primer informe sobre el conflicto iniciado con los ataques de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre, la Comisión -creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU tras la guerra de 11 días entre Israel y Hamás en mayo de 2021- estimó que las autoridades israelíes «son responsables» de «crímenes contra la humanidad», particularmente de «exterminio», en la Franja de Gaza, desde el 7 de octubre.
«Se cometieron crímenes contra la humanidad de exterminio, asesinato, persecución de género contra hombres y niños palestinos, traslado forzoso, actos de tortura y tratos inhumanos y crueles», se lee en el informe, publicado este miércoles 12 de junio.
A diferencia del genocidio, los crímenes contra la humanidad no necesariamente tienen que estar dirigidos a un grupo de población en particular, sino que pueden dirigirse contra cualquier población civil, según la ONU. Sin embargo, deben cometerse como parte de ataques a gran escala, a diferencia de los crímenes de guerra, que pueden ser actos aislados.
Israel aplicó la «directiva Aníbal»
Durante los ataques terroristas de Hamás, el 7 de octubre, en al menos dos casos, el Ejército israelí aplicó la «directiva Aníbal», que defiende el uso de toda la fuerza posible para evitar que soldados del país caigan en manos del enemigo, incluso a costa de la vida de éstos, aseguró la comisión de investigación de la ONU. Esto «que causó la muerte de 14 civiles israelíes», precisó.
En uno de esos casos, un tanque israelí disparó contra 13 personas retenidas en una casa en el kibutz de Beeri, uno de los atacados por Hamás y otros grupos armados. En el otro, una mujer murió por los disparos de un helicóptero del Ejército de Israel, cuando estaba siendo secuestrada.
La comisión comprobó también la presencia de ocho helicópteros en el Festival Nova, uno de los principales objetivos de los atentados de octubre, aunque, en este caso, el informe subrayó que no pudo confirmar si desde ellos se disparó a los civiles.
En el informe, la comisión presidida por la sudafricana Navi Pillay también asegura que la respuesta de las fuerzas israelíes a los atentados «fue significativamente postergada en sus momentos iniciales, y en muchos casos fue totalmente inadecuada». «Algunos pequeños grupos de fuerzas de seguridad israelíes llegaron con lentitud, insuficientes en número, y mostraron descoordinación», concluyó el documento.