Al Perú legó ejemplo de vida y un Partido con fortalezas ideológicas, políticas, doctrinarias que, a 43 años de su partida a la eternidad, son necesarios, como la EDUCACIÓN, para salvar el país de la crisis de partidos políticos, del mercantilismo con que se pretende manejar la universidad, del formalismo de los sistemas de educación, y de otras fundamentales carencias que generan anarquía e inestabilidad, como muestra este desgobierno de presidente, congresistas, de algunos gobiernos regionales, alcaldías, etc.
De cínica demagogia y populismo de pseudo izquierdas o de derechas, que han convertido en eventualidades el crecimiento económico, la inversión y el empleo. En lugar de políticas y gestión de gobierno consistentes y serias.
En un parecido caos a este se forjaron las luchas de Haya de la Torre por Pan y Libertad, que hoy, se tornan imperativas, continuarlas, para rescatar la libertad que tenemos aun cuando mediocre, sin firmes iniciativas de vencer la corrupción y la ignorancia. Así como de rescatar el Pan de lo poco avanzado en estas últimas décadas del salario de hambre y precario, de la explotación, la informalidad, el subempleo que resultan mayores.
Los principios germinales de la educación que Haya de la Torre propugnaron era de liberar las fuerzas productivas y el espíritu creador, que son los que impulsaron la reforma universitaria o la gratuidad de la enseñanza o los derechos del trabajo, o de instituir el Estado Escuela, fundados en los saberes y poderes de la ciencia y la tecnología, y de sus avances, que con la educación constituyen motor del desarrollo, del progreso y bienestar del país. Reivindicaba la política de la ineficiencia y la desilusión de la demanda y el reclamo, conservadurismo y populismo, como ocurre con lo que ofrecen los comunistas y nuestros liberales….
El pensamiento de Haya no tuvo cese ni jubilación ni cuestionamientos de otras ideologías, que han caído por lo demás en la obsolescencia como el estatismo en la ineficiencia social del mercantilismo.
Hizo pedagogía en crear, fortalecer y propugnar instituciones democráticas con valores morales tendentes al buen gobierno “que piense no en las próximas elecciones si no en las nuevas generaciones” y la transformación de la sociedad.
PARA COADYUVAR EN ELLO, CREÓ UN PARTIDO -ni liberal ni conservador, ni de otras respetables etiquetas- si no de trabajadores manuales a intelectuales. Dotándolo de competencias y funciones permanentes de representación, organización y movilización, como del ejercicio y práctica de la educación. Con base a la unidad partidaria fortalecida por la igualdad, la pluralidad y la discrepancia, la fraternidad. ¡Hermanos! en dolor, la lucha y la victoria. Muy diferente, a partidos de ocasión electoral, como los de ahora.
INSTITUYÓ PARA ESE FIN el DEBER CULTURAL, del militante, a lado del deber político y el sindical, de participación, autocrítica, crítica, iniciativa, que continuara el esencial desarrollo de las Universidades Populares González Prada, que iba más lejos de la lección académica y moral, o de la educación convencional y general o de sus fines profesionales y técnicos, de mercado, alejadas de nociones de política científica.
Se formaron en esa línea e interactivos lideres, dirigentes cuadros sociales y políticos, de sindicalistas, parlamentarios, alcaldes, concejales, etc.… que rendían cuentas periódicamente al partido y la ciudadanía de acciones, gestiones, leyes, reformas, sindicatos, organizaciones sociales populares.
En esas UPGP fundada en 1921, en la prisión y en la persecución no cesaba la formación política. Es el caso de Luis Negreiros Vega, alumno en el SEXTO, conocida cárcel capitalina, y de otras, durante los años 30 del S XX donde aprendió fundamentos de economía, de derecho, etc., que le fueron de particular utilidad a sus actividades posteriores de sindicalización y negociación colectiva. Hasta aprendió mecanografía, en un tablero de cartón narra su biógrafo, el compañero Ricardo Temoche Benítez en su libro NEGREIROS MARTIR.
O como las luchas populares del Callao por recuperar su participación en las rentas de aduanas, para su modernización, en los años 60, Haya las estimuló y me instruyó que cuando se legrara la ley debía destinarse, un diezmo a la educación, fundamento del Fondo Educativo creado en los años 80, cuyos fines y propósitos, permitieron el acceso de todos los alumnos y profesores al Internet y sus aplicaciones. A disponer de un equipo individual, becas, maestrías y doctorados para dichos educadores.
Vinculó asimismo la educación, al movimiento social el crecimiento económico y el desarrollo humano.
Algunas otras muestras: de la revolución de y por la educación, las encontramos en sus libros, discursos -con un anticipado pensamiento y base a lo que se conoce la economía del conocimiento y de la información- y en la cotidianidad de su propia vida, el de elevar el capital humano, que permitiría diversificar la economía y dotar de valor agregado a nuestras materias primas, que son afectadas por los términos del intercambio con los países desarrollados, que las elaboran o sofistican así como, de su tendencia a perder peso económico, en la producción y la productividad o por otros recursos sustitutivos o por los propios servicios.
Al igual a los inicios de la gesta del aprismo propició la conformación de regiones y gobiernos locales, que resolvieran el centralismo con fundamentos científicos de demarcación territorial, de estratégico planeamiento, de aptitud a la gestión eficiente, la inversión y el desarrollo local.
El capital humano como las reformas e instituciones, era clave para crecer y reducir la pobreza.
Hizo pasión de la cultura, por conocer e interpretar nuestras raíces culturales e históricas, librándola del coloniaje mental, que dieron impulso al futuro; de ahí emerge la filosofía y doctrina, del aprismo.
Aquello, que lo distingue de los partidos, pensadores de diversas ideologías.
A igual estudia y compara el progreso de las naciones, el rol fundamental y estratégico de la educación, como en China, India que emergían de la pobreza y alcanzaban constantes niveles de desarrollo, o de países pequeños con escasas materias primas, o de los países de la Europa Nórdica, respecto a los cuales, era motor de progreso la educación, Al Perú además si se propusiera para lograrlo le favorecía sus condiciones geográficas, económicas, demográficas.
Con pasión impulsaba la justicia al magisterio, y sus logros de remuneración, condiciones de vida y trabajo, ubicándolo en la primera línea de actores de esa revolución. Las dictaduras buscaron eliminar el aprismo que confrontaba favoreciendo, la intrusión del marxismo criollo.