Nuestro día a día pasa muy rápido, y no nos damos cuenta de cómo ha cambiado el mundo, cómo ha cambiado la comida que consumimos, los productos que usamos e incluso el lugar donde vivimos con cientos de toxinas escondidas en pinturas, materiales de construcción, e incluso nuestros muebles.
Cuando vemos los altos índices de obesidad, diabetes, cáncer y enfermedades autoinmunes, ¿nos preguntamos qué pasa? ¿Por qué nos enfermamos cada vez más? Todo esto pasa desapercibido a nuestros ojos, lo consideramos “normal” o “genético”. Vamos al doctor, nos da una lista de píldoras y seguimos con nuestro día a día.
Lo que está pasando con nuestra salud no es normal, es producto de nuestro estilo de vida. Parece que mientras más tecnología tenemos y más avanza la ciencia, peor la usamos. Pero está en nuestras manos hacer cambios para revertir y prevenir enfermedades. No se trata solamente de vivir más, sino de vivir mejor y de disfrutar la vida a plenitud.
Aquí algunos cambios sencillos que harán una gran diferencia en tu salud y la de tu familia:
1. Elige orgánico
En este link : https://www.ewg.org/foodnews/full-list.php encontrarás la lista de las frutas y verduras que reciben mayor y menor cantidad de pesticidas según el análisis de EWG de los datos más recientes del USDA. Esto te ayudará en el momento de elegir en el supermercado, pero recuerda, los alimentos orgánicos tienen mayor cantidad de nutrientes y no dañan el suelo. ¿Son más caros? Normalmente sí, pero estás invirtiendo en tu salud.
2. Instala un filtro de agua
El agua potable está contaminada con sustancias químicas conocidas como «sustancias químicas eternas» o PFAS, según un nuevo estudio del Servicio Geológico de EE.UU.
La exposición a PFAS está relacionada con problemas como el cáncer, la obesidad, la enfermedad de la tiroides, el colesterol alto, la disminución de la fertilidad, daño hepático y supresión hormonal, según la Agencia de Protección Ambiental del país.
Cuando elijas un filtro revisa bien qué sustancias eliminas o reduces y jamás uses agua sin filtrar para cocinar.
3. Reduce el plástico
Tenemos plásticos en todas partes, ¡literalmente! No solo en las bolsas del supermercado, también en los envases en los que guardamos los alimentos, las botellas de shampoo y hasta en la ropa que usamos. Todos estos envases y productos liberan partículas microscópicas que terminan en el medio ambiente (¡sí! terminan en los mares e incluso en el aire que respiramos) y dentro de nuestro cuerpo.
Piensa en la tacita de café que compraste saliendo al trabajo, en el contenedor en el que calentaste tu almuerzo, la botella de agua que llevas en el auto o los pañales que le pones a tu bebé y están en contacto con su piel todo el día. Casi todo lo que usas tiene plástico. Parece imposible vivir sin él, pero hay muchas cosas que podemos hacer para reducir su consumo:
- Reemplaza tus envases plásticos para guardar comida por unos de vidrio
- Elige vasos y jarras de vidrio. Usa platos de verdad, de cerámica
- Elige dentro de lo posible contenedores de vidrio cuando compres productos, por ejemplo, aceite de oliva, mayonesa, salsas, etc.
- Elige ropa de algodón o de lino, incluso la ropa de cama. ¡Sí! Las telas sintéticas están hechas con plástico, por eso son más baratas. No es necesario tener 10 juegos de sábanas, con un par de juegos de algodón (si es posible orgánico, ¡mejor!) es suficiente
- Hoy en día puedes encontrar innumerables marcas que ofrecen shampoo y acondicionador en barra, así como jabones, y usualmente estas marcas usan ingredientes reales, más saludables
- Dile adiós a tus ollas y sartenes con antiadherente, elige ollas de acero inoxidable, hierro fundido, vidrio, barro o cerámica
4. Lee etiquetas
Las empresas invierten una millonada en envases vistosos, llenos de color, fotos preciosas y un diseño ganador, y lo que ganan es distraerte de lo realmente importante: la lista de ingredientes.
Recuerda, la portada puede decir “Orgánico”, “Saludable”, “Natural”, “Sin azúcar”, pero esos tentadores productos pueden contener ingredientes nada saludables, revisa que no tengan saborizantes naturales, edulcorantes, o aditivos escondidos.