El Smallanthus sonchifolius, más conocido como yacón, es un ejemplo extraordinario de la inigualable riqueza biológica del Perú. Una planta, que prospera en altitudes de hasta 3,500 metros sobre el nivel del mar, y que no requiere de fertilizantes ni pesticidas.
De apariencia similar a la yuca, el yacón se consume fresco o deshidratado, en polvo o en forma de jarabe o incluso lo puedes encontrar como té o como chips, y es uno de los tubérculos con más agua (83-90% de peso de la raíz fresca), mientras que 50-70% de sus carbohidratos están constituidos por fructo-oligo-sacáridos.
¿Qué son y por qué son tan beneficiosos para nuestra salud los fructooligosacáridos (FOS)? Estos son oligosacáridos naturales clasificados como una fibra soluble que nuestro cuerpo no tiene la habilidad de digerir o asimilar, pero son de utilidad para las bacterias que se alojan en el intestino como fuente de energía, estimulando el crecimiento de bacterias beneficiosas y evitando la colonización de organismos patógenos, creando así un balance en nuestra microbiota y ya hemos hablado en artículos anteriores que cuando tenemos una microbiota saludable, todos nuestros sistemas funcionan correctamente. Nuestra salud depende del equilibrio de las bacterias que nos habitan.
Investigaciones recientes han destacado su potencial en el tratamiento de la diabetes, gracias a su acción hipoglicemiante ya que los FOS ayudan a regular los niveles de azúcar en la sangre y mejoran la resistencia a la insulina. Además, el yacón posee poderosos antioxidantes naturales, como ácidos clorogénico, ferúlico y cafeico, así como flavonoides, que han demostrado ser efectivos en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad, el cáncer y la hipertensión.
En un mundo donde el estrés oxidativo es un factor determinante en la salud humana, la búsqueda de soluciones naturales se vuelve cada vez más crucial y el consumo como suplemento dietético del yacón nos aporta muchísimos beneficios para prevenir y tratar enfermedades crónicas.
¿Cómo consumirlo?
En forma de polvo, puedes agregarlo a cualquier bebida, o incluso incorporarlo en una receta de galletas, pan o un queque. En forma de jarabe, es perfecto para endulzar cualquier bebida fría o caliente, o para agregarlo encima de unos panqueques o waffles. También puedes encontrar sus hojas en forma de té, el cual puedes consumir frío o caliente. Si tienes la suerte de encontrarlo fresco, puedes pelarlo y agregarlo en tus smoothies o en tus extractos verdes, y hacer una mermelada increíble con la pulpa rallada. También puedes comprarlo en forma de chips deshidratados y comerlo como snack a cualquier hora del día.