El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha calificado este martes de «inaceptables» los últimos ataques contra hospitales en Sudán y que han sido denunciados por la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).
«El conflicto en Sudán sigue causando estragos mortales en la población. Los repetidos ataques contra la atención sanitaria son inaceptables. Estamos profundamente conmocionados y tristes por la muerte de una enfermera en un reciente ataque contra un centro de salud en Wad al Nura, estado de Gezira. Otro ataque contra el Hospital Sur, gestionado por MSF, en Al Fasher (Darfur del Norte), provocó el cierre del hospital», ha señalado Tedros en un comunicado publicado en su cuenta de la red social X.
Además, ha criticado que este tipo de acciones provocan que los civiles no puedan recibir una atención que pueda «salvarles la vida», y ha insistido en la necesidad de proteger estos centros.
«Las instalaciones sanitarias deben estar protegidas y a disposición de todas las personas que las necesiten, en todo momento. Hacemos un llamamiento para que todos trabajen por la paz», ha añadido.
Estas declaraciones llegan después de que MSF denunciase un ataque del grupo armado Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) contra el Hospital Sur de El Fasher, el cual asaltaron y saquearon, y contra el centro de salud de Wad al Nura, donde murió una enfermera mientras atendía a una serie de pacientes.
La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar –ahora declarado como una organización terrorista– en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los combates han dejado ya más de diez millones de desplazados internos. El conflicto en el país, en el que viven cerca de 50 millones de personas, tiene su epicentro durante las últimas semanas en la ciudad de El Fasher, capital de Darfur Norte, donde cerca de 800.000 civiles permanecen atrapados en medio de los intensos enfrentamientos entre el Ejército y las RSF.