Como cada año, el 11 de junio se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Próstata, cuya meta es sensibilizar y generar conciencia sobre esta patología. Como su nombre indica, este tumor afecta a una glándula del aparato reproductor masculino, del tamaño y la forma de una nuez, que se encuentra por debajo de la vejiga, cuya función principal es producir el líquido seminal que nutre y transporta el esperma.
Cuando se detecta tempranamente, las probabilidades de un tratamiento exitoso aumentan en forma significativa. Los especialistas de Mayo Clinic plantean que muchos cánceres de próstata “crecen lentamente y permanecen limitados a la glándula prostática, en donde pueden no causar daño grave. Pero, si bien algunos tipos crecen lentamente y pueden necesitar un tratamiento mínimo o no necesitar ningún tratamiento, otros son agresivos y se pueden diseminar con rapidez”.
Las causas de esta enfermedad no son claras, de acuerdo a Mayo Clinic. Mientras que desde MedlinePlus, el sitio de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, agregan que la enfermedad “ocurre cuando hay cambios en el material genético (ADN): en ocasiones, estos cambios se heredan, lo que significa que se nace con ellos. También hay ciertos cambios genéticos que ocurren durante la vida que pueden aumentar el riesgo, pero a menudo se desconoce su causa exacta”.
Aquí, un repaso por los principales conceptos asociados al cáncer de próstata, desde síntomas hasta factores de riesgo y tratamiento.
Síntomas y controles médicos
En MedlinePlus postulan que la enfermedad “no siempre causa síntomas, especialmente al principio. Si causa, estos pueden incluir problemas para orinar; un chorro de orina que es débil, difícil de comenzar o comienza y se detiene; necesidad repentina de orinar de inmediato; orinar con frecuencia, especialmente por la noche; dolor o ardor al orinar; sangre en la orina o semen; dolor en la parte baja de la espalda, las caderas o la pelvis que no desaparece; y dolor durante la eyaculación (la expulsión de semen a través del pene durante el orgasmo)”.
“Muchos de estos síntomas pueden deberse a otros problemas comunes de la próstata que no son cáncer, como el agrandamiento de la próstata”, aclaran los mismos especialistas.
Más allá de los signos, con respecto a los chequeos de control, la doctora Carolina Passarella (MN 156067, MP 553.750), médica oncóloga de la Clínica de Tumores Genito-urinario del Hospital Universitario Austral, plantea: “Todos los hombres a partir de los 50 años deberían realizarse un screening con un análisis de sangre que detecta el PSA (proteína producida por la próstata) y un tacto rectal para evaluar la glándula prostática que está en contacto con el recto. Si hay antecedentes familiares directos de cáncer de próstata, el cribado debe comenzar antes, aproximadamente a los 40 años”.
Para Passarella, “si el PSA es mayor de lo esperado para la edad, y se descartan otras causas de elevación como inflamaciones prostáticas, se ampliarán los estudios y se evaluará la necesidad de una biopsia prostática, que es la prueba que confirma el diagnóstico. Si el PSA es normal, la frecuencia de los controles varía según el valor, repitiéndose en entre 1 y 2 años”.
La prevención
La mejor manera de prevenir el cáncer de próstata “es que todos los hombres mayores de 50 años con más de 10 años de expectativa de vida realicen el screening con PSA y tacto rectal, según indicación médica”. “La decisión de someterse al screening tiene que ser individual después de haber discutido los potenciales beneficios y daños con su médico de cabecera”, manifiesta Passarella.
Al tiempo que suma: “A los varones que no se hacen controles por pudor, incomodidad o miedo al tacto rectal, les diría que no teman: es una técnica muy simple que solo toma unos minutos y que se realiza en un ambiente privado con el máximo respeto”.
Factores de riesgo
De acuerdo a la doctora Passarella, el principal factor de riesgo de cáncer de próstata es la edad. “La frecuencia de esta enfermedad aumenta a medida que aumenta la edad. También es importante la historia familiar de cáncer de próstata: los hombres con un familiar de primer grado afectado tienen una mayor probabilidad de desarrollar la patología”, dice la experta.
Y sigue: “Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2, que son muy agresivas, incrementan significativamente el riesgo de padecer cáncer de próstata, especialmente en varones de ascendencia judía asquenazí, sueca e islandesa. Los varones afrodescendientes presentan una incidencia mayor, y la enfermedad suele presentarse de manera más agresiva, con mayor mortalidad específica”.
Tratamiento
Los expertos de Mayo Clinic sostienen que las opciones de tratamiento “para el cáncer de próstata dependen de varios factores, como la rapidez con que crece el cáncer, cuánto se diseminó y la salud en general, así como los posibles beneficios o posibles efectos secundarios del tratamiento”.
En esa línea aseveran que para algunos casos quizás nunca se necesite el tratamiento. “En cambio, a veces, los médicos recomiendan la vigilancia activa. En esta, se pueden realizar análisis de sangre regulares de seguimiento, tactos rectales y biopsias de próstata, para controlar el avance del cáncer. Si las pruebas muestran que el cáncer avanza, puedes optar por un tratamiento para el cáncer de próstata, como una cirugía o la radiación”, dicen en Mayo Clinic.
En esa línea, Passarella enfatiza: “Los principales desafíos son identificar el cáncer de próstata en sus etapas más tempranas; minimizar el tratamiento excesivo en los casos de bajo riesgo; reducir los efectos secundarios del tratamiento que afectan la calidad de vida; e integrar la información genética para personalizar el tratamiento”.
Según la especialista del Hospital Universitario Austral, “aunque hubo muchísimos avances en los últimos años, todavía falta por aprender. Necesitamos, por ejemplo, biomarcadores que nos permitan distinguir entre cánceres indolentes y agresivos”.
Cabe recordar que el biomarcador es una molécula, gen o característica biológica que incluye proteínas específicas en sangre, mutaciones genéticas específicas del tumor y patrones de expresión génica que pueden influir en el diagnóstico, lo cual ayuda a detectar el cáncer, brinda información pronóstica e indica patrones de respuesta al tratamiento para guiar la conducta.
“El PSA elevado puede deberse a causas benignas, lo que en ocasiones puede llevar a biopsias innecesarias. Aunque las complicaciones son muy raras, poco más del 2% puede incluir infección, incontinencia urinaria, dolor y sangrado. El sobrediagnóstico implica detectar cáncer de próstata en pacientes con enfermedad indolente que no causa síntomas ni será mortal. El sobretratamiento significa que muchos de estos pacientes recibirán tratamientos innecesarios como prostatectomía radical o radioterapia, con sus posibles efectos adversos”, agregó Passarella.
En los últimos días, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Investigaciones Sanitarias del Hospital Clínico San Carlos (IdISSC) identificaron 27 genes esenciales para la metástasis en cáncer de próstata, que podrían servir como posibles dianas para tratamientos del cáncer metastásico.
Además de la plataforma de cribado genómico, los investigadores demostraron que el gen PRMT7 es esencial para el cáncer de próstata porque reprograma las células tumorales para que se adhieran a tejidos donde van a metastatizar. Su inhibición con fármacos, por tanto, es capaz de reducir la invasión de las células metastásicas, de acuerdo a los expertos.
“Utilizando nuevas herramientas CRISPR de edición genética, los investigadores han utilizado una ‘librería genómica’, una plataforma de búsqueda de puntos débiles en las células tumorales de cáncer de próstata”, explicaron los autores en un comunicado.
“Hemos analizado todos y cada uno de los 20 000 genes conocidos para identificar aquellos genes que son esenciales para las células tumorales y que si los eliminamos podríamos dejarlas debilitadas. Esta técnica nos ha permitido encontrar numerosos genes que servirán como posibles dianas para tratamientos del cáncer metastásico”, dijo Álvaro Gutiérrez Uzquiza, investigador de la sección departamental de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia de la UCM.
En el mismo comunicado, ampliaron: “Para llevar a cabo el trabajo, publicado en Cancer Letters, los investigadores han utilizado herramientas de edición genética, combinando la biología molecular y bioinformática, para identificar genes responsables de hacer que las células cancerosas adquieran la capacidad de ‘viajar’ a otras regiones del cuerpo metastatizando”.
Al analizar este avance, Luis Eduardo Beligoy, médico del área de Medicina Genómica del Hospital Universitario Austral, asevera: “Hasta que este hallazgo se ponga en práctica en la clínica, posiblemente falten algunos años. No va a ser la última vez que escuchemos de descubrimientos de esta índole, que están cambiando el paradigma de la medicina. Históricamente el tratamiento se basó en la clínica, en la histología y en el estadio de la enfermedad para determinar el enfoque terapéutico y de seguimiento para los pacientes. Hoy día, en cambio, muchas veces nos basamos en estudios moleculares del tejido o tumor que orientan y abren nuevas ventanas terapéuticas”.