A pesar de ser uno de los partidos que conformaron la terna opositora en la coalición Fuerza y Corazón por México de la candidata Xóchitl Gálvez, el PRD –con 35 años de historia en los que tuvo tiempo de gobernar en una veintena de estados y entidades del país– se quedó con apenas el 1,86 por ciento de los votos.
Hace unos días, el PRD anunció que impugnaría el resultado de los 300 distritos en un intento que se antoja insuficiente por mantener su registro como partido, según los propios cálculos del INE, informa el diario ‘Milenio’.
Los resultados del pasado 2 de junio han sido los peores de su historia, si bien la dinámica de los últimas elecciones evidenciaban una caída sostenida de la formación, con la que llegó a presentarse el presidente saliente Andrés López Obrador en las elecciones de 2006 y 2102 antes de salir vencedor con Morena.
Hay que remontarse a 2006 para recordar el mejor resultado del PRD, cuando logró el 25,97 por ciento de los votos en las legislativas. Aquel año, las federales fueron ganadas por Felipe Calderón con apenas un puñado de votos de diferencia con respecto a López Obrador, quien denunció varias irregularidades durante el proceso.
Desde entonces el PRD ha ido desapareciendo paulatinamente de las preferencias de los mexicanos, quienes dieron al partido el 19,59 por ciento de los votos en la federales de 2012, el 5,24 por ciento en las de 2018 y ahora tan solo el 1,86.
Ángel Ávila, portavoz del partido y presidente provisional durante 2018 antes de que asumiera una comisión extraordinaria, ha adelantado que una vez se confirme definitivamente su disolución buscarán formar otro partido de izquierda.
A pesar de que en estas elecciones se alió con sus tradicionales rivales conservadores, Ávila ha dicho que el PRD «siempre ha luchado y se ha caracterizado por ser el verdadero partido de la izquierda en México» y que han sido «muchas» las reformas que han logrado sacar adelante para transformar la vida de las personas.