El rey Felipe de Bélgica ha aceptado este lunes la dimisión del primer ministro, Alexander De Croo, tras el batacazo de los liberales flamencos de Open Vdl en las elecciones regionales, federales y europeas aunque el gobierno continuará en funciones, previsiblemente hasta que se forme nuevo Ejecutivo.
Precisamente la Casa Real belga es la que ha informado en un mensaje en redes de la audiencia del rey con el primer ministro. «El Rey aceptó la dimisión de su Gobierno y le confió la gestión de los asuntos corrientes», ha confirmado.
Poco después el político belga ha señalado también en redes sociales que el monarca ha aceptado su decisión. «El Gobierno gestionará los asuntos corrientes y preparará el traspaso de poderes», ha indicado. En su reflexión, De Croo ha admitido que los resultados electorales de su formación son «una decepción» y ha asumido su responsabilidad en el batacazo.
El dirigente belga anunció este mismo domingo, visiblemente emocionado, su intención de dimitir como líder del Ejecutivo tras la debacle de su partido, que quedó quinto en Flandes por detrás de Nueva Alianza Flamenca, N-VA, la ultraderecha de Vlaams Belang, el partido socialista, Vooruit, y los democristianos CD&V.
«Para nosotros es una noche particularmente difícil, hemos perdido. Desde mañana dimito de mi puesto como primer ministro, pero los liberales son fuertes y regresarán», aseguró en una declaración a la prensa tras conocerse los resultados electorales.
La dimisión de De Croo llega en un momento en el que las fuerzas políticas europeas negociarán la renovación de las instituciones europeas tras los comicios de este 9 de junio, contexto en el que el nombre del primer ministro belga está en las quinielas para algunos de los principales puestos europeos.
LÍDER DE LOS SOCIALISTAS FRANCÓFONOS SEGUIRÁ TRAS PRESENTAR DIMISIÓN
Otra de las fuerzas que pierde terreno en estas elecciones son los socialistas francófonos, cuyo líder, Paul Magnette, ha presentado su dimisión aunque ésta no ha sido aceptada por la dirección del partido.
En el cargo desde 2019, Magnette ha retrocedido posiciones ante los liberales hasta quedarse con 16 diputados, cuatro menos que en 2019. En Valonia los liberales de Movimiento Reformador se han hecho con la victoria tras cosechar el 29,6% de los votos y 20 escaños, seis más de los actuales.
Aparte de su audiencia con De Croo, el rey belga ha comenzado la ronda de contactos con los distintos partidos y podría nominar en los próximos días un encargado para la formación del próximo Ejecutivo federal.
En declaraciones a prensa belga este mismo lunes, el líder de la N-VA, Bart De Wever, ha asegurado que ya está en contactos con los distintos partidos, insistiendo en que su formación tiene la iniciativa tras quedar como partido más votado a nivel federal. «En los próximos días, como es habitual, podrían comenzar las discusiones físicas con otros presidentes», ha apuntado.
De su lado, el líder de la ultraderecha flamenca Vlaams Belang, Tom Van Grieken, ha defendido que «en un país normal», un partido con la representación que obtuvo el suyo «estaría en el gobierno». «Los flamencos han optado por una política más de derechas y flamenca», ha apostillado.
Por contra los socialistas flamencos, Vooruit, han evitado fijar su política de pactos, subrayado su preferencia por que su formación hermana en Valonia, Partido Socialista, esté en el próximo gobierno. Si finalmente entra en el Ejecutivo federal, ya han avanzado que priorizarán el aumento del salario mínimo y la reforma fiscal.
La tesis de un gobierno con las dos fuerzas socialistas ha sido rechazada de plano por los socialistas valones, después de que Magnette haya subrayado tras la reunión de la ejecutiva de su formación que la decisión del partido es quedarse en la oposición en el plano regional y federal.
El sistema belga donde las familias políticas tienen partidos espejo en Flandes y Valonia hace que el Ejecutivo dependa de complejas coaliciones. Aunque existen los números para reeditar el gobierno actual que aglutina a siete partidos, durante la campaña varios grupos se han abierto a pactos con los partidos de Flandes, hasta ahora excluidos del gobierno federal.