Los sectores de transportistas, agropecuarios y activistas de Bolivia protestaron este viernes por la falta de combustible, dólares y el encarecimiento de algunos productos básicos y pidieron al Gobierno de Luis Arce tomar medidas oportunas para superar lo que consideran es una «crisis económica».
Hace unos días los chóferes del transporte pesado bloquearon las principales carreteras del país en demanda de combustible y dólares, mientras que para las siguientes jornadas está prevista una marcha de comerciantes hacia La Paz, sede del Ejecutivo y el Legislativo.
Esta semana el encarecimiento del tomate, que en algunas zonas del país llegó a cuadruplicarse, fue una preocupación ya que esa hortaliza es central en la gastronomía del país y su costo es tema de debate en la opinión pública.
En Santa Cruz, la ciudad más grande y poblada del país, los transportistas urbanos marcharon por el centro de la ciudad e intentaron llegar hasta las oficinas regionales de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), pero fueron contenidos por la Policía.
Este sector busca la provisión de diésel «de forma permanente» en las estaciones de combustible y que desde hace algunas semanas «no están dando un servicio regular», señaló el dirigente Segundo Ricaldi.
También, afirmó que cerca del 40 % de los microbuses hace vigilia en los surtidores de combustible, por lo que exigen sitios exclusivos de recarga ya que de lo contrario irán «masificando» su protesta.
Esta jornada también hubo en Santa Cruz un ‘cacerolazo’ en las puertas de la catedral de la ciudad y que fue el anticipo de una mayor reclamo que se hará el lunes.
La activista Pamela Flores mencionó que existe mucha molestia «por los precios (elevados) de la canasta familiar» como la libra de tomate que de 5 bolivianos pasó a 18 (de 0,66 a 2,41 euros) y del botellón de gas licuado de petróleo que de 23 bolivianos pasó a 70 (de 3 a 9,3 euros).
Asimismo, el presidente en funciones de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frenking, planteó que el Gobierno asuma cinco medidas urgentes para superar la «crisis» y la «difícil situación económica» que atraviesa el país.
Frenking señaló que su sector puede generar 1.000 millones de dólares «adicionales» si es que se hacen ajustes para garantizar la seguridad jurídica de los productores o el acceso de biotecnología para «producir más y mejor», entre otros.
El Gobierno realiza controles en las fronteras para evitar que varios alimentos salgan del país de contrabando hacia Argentina y Perú, además de que habilitó algunas ferias populares de venta de alimentos «a precio justo».
Daniel Vargas, viceministro de Lucha Contra el Contrabando, declaró que aparte de los controles se han afectado los «procesos de producción» del tomate y la cebolla y que se han encarecido, pero que eso se ajustará con las nuevas cosechas.
Por su parte, el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, mencionó que se han identificado los «posibles lugares donde se está cometiendo especulación» y que se han iniciado procesos penales por estos hechos.
Bolivia sufre desde principios de 2023 una falta de liquidez de dólares, algo que coincidió con los informes oficiales que mostraron una disminución de las reservas internacionales netas (RIN), que en 2014 llegaron a los 15.122 millones de dólares.
Las autoridades aseguraron en su momento que la falta de dólares fue producto de un «ataque especulativo» y sostienen que la situación se fue normalizando, lo que rechazan los usuarios del sistema financiero.
En cuanto a la falta de combustibles, las autoridades de YPFB han asegurado que las filas en las gasolineras se deben a «especulaciones» y que el abastecimiento es normal.