No justifico la violencia en ningún sentido en el deporte, pero comprendo la reacción que ha tenido Federico Valverde en este incidente inusual en el mundo del fútbol profesional que tiene como protagonista a un jugador de élite global y un desconocido que recientemente tiene sus tres días de fama de apellido Baena.
Quienes hemos jugado fútbol en cualquier nivel sabemos que, dentro de la cancha y fuera de ella, hay códigos. Lo roces que se generan y producen dentro del campo de juego quedan allí. Ante ello, tras leer el comunicado firmado por el ignoto jugador del Villarreal, quien niega haber agredido de tal manera a la familia del ex jugador Peñarol, deja a entrever su catadura moral y cobardía al no desmentir que pudo menoscabar la integridad de la familia del actual internacional uruguayo dentro de un campo de juego en el que ambos compartían su ámbito profesional.
Lamentable. Sin embargo, ni en los niveles más amateurs ni de ocio donde algún ser juegue fútbol creo, pienso, supongo – menos a nivel a profesional- se le pueda ocurrir despreciar y desear mal a un próximo neonato con el único objetivo de «desconcentrar» o «desenfocar» con tamaña barbaridad para sacar de sus casillas a un rival dentro de un partido, sea del nivel competitivo que sea.
Por tanto, para mí, se quedó cortísimo si Baena no señala categóricamente lo que realmente dijo sobre la familia del hoy denunciado. Es más, merecería una sanción desde su Club si se reconoce y comprueba que haya cometido tremendo acto antideportivo representando al Villarreal CF, SAD , club que siempre ha demostrado ser un ejemplo de Institución y que hasta en Estados Unidos hemos destacado su expansión deportiva con sus valores y promoviendo la lengua castellana en territorio estadounidense.
Finalmente, reitero, Valverde merece una sanción deportiva; sin embargo, la agresión física instintiva a tremenda ofensa sin duda desencajaría y ofuscaría a cualquiera, sea o no profesional. Esperemos pues que el tribunal de competición, más allá del reglamento, honor y las buenas costumbres, evalúe, determine y dimensione ejemplarmente la causa de la reacción del actual jugador del Real Madrid que sin duda es inapropiada, pero que cuyo origen demuestra la nula deportividad de un rival que, al parecer y al no aclarar el hecho ni desmentir el agravio en su comunicado, no merecería ser catalogado como futbolista profesional ni por la FIFPRO #BarretoRecomienda
PD. Esperemos que en el próximo comunicado, antes de ir a quejarse ante un juez, que su agente o quien le aconseje. #Baena debe tener la hombría de decir claramente que «no lo dijo» o que no lanzó un improperio similar ya que no habían cámaras ni audios que registren el hecho.