La presidenta del Senado de México, Ana Lilia Rivera, mostró este martes su rechazo a la orden ejecutiva emitida por Joe Biden, presidente de Estados Unidos, que restringirá de forma drástica las solicitudes de asilo por migrantes.
“Lamento profundamente la reciente decisión del presidente Biden de emitir una orden ejecutiva que impide a los migrantes solicitar asilo cuando el número de cruces en la frontera superen los 2,500 diarios durante una semana”, expresó Rivera en un mensaje difundido en sus redes sociales.
La presidenta del Senado criticó que la medida promulgada por el presidente estadounidense “contradice los principios de solidaridad y humanidad que deben guiar las políticas migratorias”.
La orden entrará en vigor este martes, ya que se ha rebasado las 2,500 detenciones con una media de 4,200 arrestos diarios ocurridos en abril, según la última cifra oficial disponible.
Los protocolos para solicitar asilo volverán a relajarse una vez que esa cifra disminuya a 1,500 en promedio durante 14 días, lo que podría ser difícil de alcanzar, ya que la última vez que el promedio de detenciones bajó a 1,500 fue en julio de 2020, en plena pandemia.
“La restricción al asilo no solo pone en riesgo la seguridad de los migrantes, sino que también erosiona los valores de compasión y justicia que todos debemos defender”, argumentó Rivera en su cuenta de X.
Rivera, tras conocer la entrada en vigor del decreto, urgió al Gobierno de Biden a “reconsiderar la orden y a colaborar con México y otros países para proteger los derechos humanos y garantizar un trato digno a todas las personas”.
El mandatario norteamericano comunicó telefónicamente la medida a su homólogo mexicano, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en una llamada que según la Casa Blanca sirvió para comprometerse a “mantener una fuerte cooperación” entre las administraciones hasta que Claudia Sheinbaum asuma la Presidencia de México.
El presidente estadounidense explicó también a su contraparte de México que ha autorizado tres proyectos para expandir puentes internacionales en la frontera de Texas que “beneficiarán a las comunidades locales y fortalecerán la relación económica entre Estados Unidos y México”.
La medida se anunció a solo cinco meses de las elecciones presidenciales norteamericanas, donde la migración es la prioridad de los votantes y el demócrata competirá contra el exmandatario Donald Trump, quien presiona al Gobierno con su retórica antinmigración.