Miles de evangélicos marcharon este jueves en la ciudad brasileña de São Paulo en un ambiente preelectoral de cara a las municipales de octubre, en las que se espera que los feligreses de las iglesias pentecostales vuelvan a jugar un papel importante.
La ‘Marcha para Jesús’ recorrió el centro de la capital paulista en este día de Corpus Christi y en ella abundaron las oraciones, la música gospel, los discursos de pastores y políticos y las muestras de apoyo a Israel en el marco de su ofensiva militar en la Franja de Gaza.
El Abogado General del Estado, Jorge Messias, asistió en representación del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien en una carta expresó su «respeto» y «reconocimiento» a este evento que, según recordó, adquirió carácter de Día Nacional con una ley que él mismo sancionó durante su segundo mandato, en 2009.
El jefe de Estado, católico declarado, destacó la «dimensión extraordinaria» que ha adquirido la Marcha para Jesús, que llegó a Brasil en la década de los 90, y el «papel significativo que tiene en la vida de muchos brasileños».
En clave aparentemente electoral, Lula ratificó su compromiso «profundo» de «construir un país más justo e inclusivo» y «promover una vida digna a la familia brasileña».
«La Iglesia desempeña un papel vital en ese compromiso, que se refleja en su acción social y el apoyo espiritual de sus fieles. Por eso, creo que juntos podemos hacer mucho por el bienestar, la paz y la armonía de nuestro pueblo», añadió en la misiva.
Las iglesias pentecostales vienen ganando terreno en un Brasil tradicionalmente católico, pero que ha abrazado los movimientos evangélicos en los últimos años.
Según recientes encuestas, cerca de un cuarto de la población brasileña se declara evangélica, lo que equivale a unos 42 millones de personas.
Además, la activa participación de los pastores evangélicos en la política los ha convertido en una influyente y creciente fuerza en el Parlamento brasileño, lo que ha contribuido a que sus seguidores sean un público altamente codiciado en las elecciones.
El movimiento evangélico se ha identificado más con el ideario del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), contrario al aborto, la «ideología de género» y la legalización de las drogas.
El exmandatario no estuvo, sin embargo, presente en la marcha de este jueves, ni tampoco se ha referido a ella en sus redes sociales.
Lula también intentó seducir a los evangélicos en las elecciones presidenciales de 2022, en las que se impuso a Bolsonaro por un estrecho margen.
En esa campaña, el líder progresista lanzó una «Carta a los evangélicos» para intentar revertir el rechazo que generaba y que aún genera su figura entre ese electorado. En ella declaró que «la vida es sagrada» y se posicionó contrario al aborto.
Casi un año y medio después de su regreso al poder, la popularidad de Lula está a la baja, especialmente entre los evangélicos, lo que algunos especialistas han vinculado a sus críticas a la campaña militar que Israel lleva a cabo en Gaza, calificada por el presidente brasileño de «genocidio».
A ello se suma que este 2024 es año electoral en un país altamente polarizado entre el progresismo liderado por Lula y la extrema derecha que abandera Bolsonaro.
De hecho, las municipales del próximo octubre se asoman como un nuevo duelo entre ambos líderes, que han intensificado sus actos en el interior del país para apoyar de forma velada a sus candidatos.
En la ciudad de São Paulo, los dos candidatos favoritos son el diputado Guilherme Boulos, apoyado por Lula, y el actual alcalde Ricardo Nunes, bendecido por Bolsonaro. Según los recientes sondeos, ambos están técnicamente empatados.
Nunes fue uno de los políticos presentes este jueves en la marcha evangélica y en un breve discurso declaró: «Amo a Jesucristo».