La Ley de Seguridad Social fue aprobada por el Congreso el 14 de agosto de 1935, estableciendo la primera norma de una administración pública estadounidense con el propósito de crear un seguro contra el desempleo.
La ley se produjo en el contexto de la política del New Deal impulsada por el presidente demócrata, Franklin D. Roosevelt, otorgando medidas definitivas para ayudar a las personas que se habían empobrecido a causa de la Gran Depresión, también conocida como la Crisis de 1929, que provocó un enorme colapso financiero en los años previos a la Segunda Guerra Mundial.
La crisis se originó en Estados Unidos, debido a la caída de la bolsa de valores de Nueva York el martes 29 de octubre de 1929, llamado el Martes Negro y se extendió por casi todos los países del mundo.
Las personas más perjudicadas fueron los ciudadanos ancianos y para ayudarlos se crearon «seguros sociales» de un nivel muy básico. Aplicando la política del New Deal, se extendió la protección del beneficio social, por medio de una ley federal destinada a amparar, además de los ancianos, a desempleados, viudas y huérfanos.
A lo largo de las últimas ocho décadas, la Seguridad Social y Medicare, un programa federal de seguridad social establecido en 1965, para proporcionar un seguro médico a los ancianos y discapacitados, se han convertido en programas extremadamente
populares de los que dependen millones de trabajadores. Sin embargo, aunque este aniversario debería haberse celebrado a bombo y platillo, se ha convertido en una nefasta advertencia de que los políticos republicanos están impulsando una agenda que destruiría la Seguridad Social.
La agenda propuesta por los republicanos del Senado parece estar motivada por un sentimiento en contra de los ancianos y la clase trabajadora, poniendo al Seguro Social y Medicare en el filo de la guillotina. El senador Ron Johnson y sus compañeros legisladores republicanos de Wisconsin, Tom Tiffany, Scott Fitzgerald, Glenn Grothman y Bryan Steil, encabezan ahora esos ataques. Si estos políticos resultan victoriosos, eliminarían los fondos de estos programas y recortarían los beneficios a más de 70 millones de personas que reciben Seguro Social y otros 50 millones a los beneficiarios de Medicare.
Debemos votar si queremos proteger a quienes han trabajado durante 30 años o más para ganarse la vida, para ellos y sus familias, cotizando durante décadas al Seguro Social, apartando dinero para que, cuando llegue el momento de la jubilación, puedan tener un techo sobre sus cabezas y comida en la mesa.
El presidente Joe Biden fue muy claro en su discurso pronunciado la semana pasada, el 1 de septiembre, en el Independence Hall National Memorial de Pensilvania: dijo el presidente, «Donald Trump y los republicanos de la MAGA representan un extremismo
que amenaza los fundamentos básicos de nuestra República. Estosrepublicanos partidarios de Trump, prosperan con el caos y norespetan la Constitución ni el Estado de Derecho. Promueven líderes autoritarios y avivan el fuego de la violencia política».
«Las fuerzas de MAGA están decididas a hacer retroceder a este país. Quieren volver a un Estados Unidos donde no haya derecho al aborto, ni derecho a la privacidad, ni derecho a la anticoncepción, ni derecho a casarse con la persona que uno ama» -terminó el presidente.
La desinformación y las teorías de la conspiración siguen persistiendo. La división política aumenta. La democracia en Estados Unidos se está deteriorando a un ritmo escalofriante y ese deterioro es más peligroso porque si la primera potencia mundial en democracia se derrumba, ese sistema caerá en todo el mundo y pronto será sustituido por todas las formas de tiranía.
No podemos alejarnos de las noticias reales. Debemos estar siempre bien informados para actuar, cuanto antes, en defensa de los valores democráticos.