En Estados Unidos producen las armas, las venden y las distribuyen, allá lavan el dinero y se distribuye la droga en todo el territorio sin que según ellos tengan según ellos algún cartel estadounidense. Así justifican la intervención militar en toda América, para ello cuentan con el Comando Norte y el Comando Sur haciendo uso además de todas sus agencias de inteligencia para promover sus intereses.
Tachan a países que luchan y mantienen su soberanía como Cuba y Venezuela de dictaduras se dan el permiso de bloquearlas, sancionarlas, castigarlas en defensa según ellos de la sacrosanta “democracia americana”, un sistema de partidos que garantiza la verdadera dictadura las de las corporaciones de EE.UU., Canadá y otras potencias. En el neocolonialismo saquean nuestro oro y plata, como lo hacían en el colonialismo y las riquezas van para las corporaciones y potencias imperiales. Promueven las políticas a través del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y otros organismos internacionales, y si antes mantenían a los peones agobiados por deudas, hoy el endeudamiento es una vía de saqueo de nuestras riquezas. Si en la colonia trabajaban de sol a sol para el amo y poder pagar sus deudas, en el neocolonialismo se trabaja de sol y sol y hasta la noche para pagar deudas personales y colectivas de los países que tienen el agua al cuello.
Durante la colonia se impuso el sometimiento económico, obligando a nuestros países a realizar las actividad productiva que beneficiaba a la metrópoli prohibiendo la producción local de mercancías indispensables e imponiendo la compra de exportaciones de Europa, el control del comercio, cobrando tributos, alcabalas, desarrollando monopolios y estancos, se buscaba la dependencia hacia el Imperio Español, ahora en el neocolonialismo el sacrosanto mercado hace prohibitiva la producción nacional, las grandes corporaciones monopolizan la producción y el comercio, los servicios y hasta la importación de productos agrícolas – lo que no sucedía en la colonia – el Imperio Norteamericano tiene tal control de la economía mundial que es capaz de bloquear más de 60 años a un país y de sancionar a quienquiera que defiende su soberanía nacional y económica.
A 200 años de la Doctrina Monroe, la tarea de los pueblos y naciones de América es derrotar el neocolonialismo y los rezagos coloniales de siglos, para lograr la plena Soberanía Popular y Nacional en cada rincón de nuestro continente y abonar con ello a la transformación profunda de la humanidad, para lograr la armonía entre las naciones, construir la paz, la autodeterminación de los pueblos y terminar la relación de explotación entre las personas y de ellas hacia la naturaleza. (Continuará)