Hace un poco más de un mes te pregunté sobre tus “antojos financieros”, sobre esas pequeñas compras que muchas personas realizan en un café, en delivery, en esa prenda que justo estaba en oferta, por ejemplo, y que a primera vista parecen insignificantes. Tan insignificantes que hay personas que ni siquiera toman conciencia de que las realizan y otras las justifican con frases como: “¡Qué cambian 3 dólares más o 3 dólares menos!” . Sin embargo, la suma de todas ellas suelen tener un impacto considerable en nuestra economía.
En esa columna también te invité a que durante un mes entero llevaras un registro de todos estas “pequeñas compras hormiga”. ¿Lo hiciste? Quizá no llegaste a hacerlo de absolutamente todo pero ojalá que sí hayas llevado el registro de al menos una de las categorías, como por ejemplo: delivery de comida o esa, compra de comida rápida que realizas porque “falta de tiempo”. Traigo este ejemplo a propósito porque es un tipo de gasto que noto en la gran mayoría de las personas que me consultan, sin importar en qué estado de salud financiera se encuentren. De hecho lo noto mayormente en las personas que están en estado de supervivencia financiera. Mi hipótesis es que actúan de manera similar a las personas que quieren adelgazar y están a dieta: en el momento en que la persona se sale del régimen, se da un atracón “Total ya está, ¡Qué cambia si como un poco más si total ya lo arruiné todo!”. Algo similar le ocurre a la persona que está en estado de supervivencia financiera se dice “¡Total, que cambia estar un poco más o menos endeudada! ¡Estoy tan estresada que no quiero cocinar!” ¿Te ha pasado?
Vamos un paso más con este ejemplo para que logres tomar dimensión de que esos pequeños antojos financieros de cada día impactan considerablemente en tu salud emocional financiera. Sé que esta columna la leen mujeres de diferentes partes del mundo lo cuál las invito a que este ejemplo lo hagan con números más reales al país en el que viven.
Digamos que un delivery de comida, o una compra de comida rápida sale USD 10 para una persona y que más o menos te das este antojo financiero 3 veces por semana. Son USD 30 por semana y unos USD 120 por mes. El año tiene 52 semanas. Entonces 52 x 30 = USD 1560. ¡Si realizas este tipo de compra durante 20 años estamos hablando de un total de USD 31.200! Y si cada año destinaras esos USD 1560 a una herramienta de inversión que constantemente reinvierte tu dinero de manera automática tendrías en 20 años aproximadamente el doble del dinero que ahorraste e invertiste, o sea ¡USD 62.400! 62.400 que pueden bien ser parte de tu patrimonio para lograr tu Libertad Financiera.
Entonces, ¿Son insignificantes esos USD 10 de delivery? Claramente no si se hacen de manera recurrente. Y así con muchas otras compras que no valoramos y las hacemos “para salir del paso”. Compras que en un punto más que ser una solución terminan tapando nuestro desorden y solucionando lo inmediato con parches. Porque, seamos sinceras, tampoco es que la comida que compras por esos USD 10 es saludable ¿no? Entonces, ese dinero destinado a la compra rápida ¿es dinero destinado a vivir la vida que valoras? Aquí es dónde tenemos que concentrarnos. No se trata solamente de ahorrar e invertir y hacer un uso inteligente de nuestro dinero si no se trata sobre todo de vivir una vida coherente con nosotras mismas en la cuál las decisiones que tomamos sean fieles a lo que realmente valoramos.
Cuando ponemos el foco ahí pasamos de decirnos “no puedo pedir delivery porque tengo que ahorrar, porque tengo que salir de deuda, porque tengo que…” a decirnos “elijo no pedir delivery porque prefiero tomar esta otra decisión”
Entonces ¡manos a la obra! Te propongo que pienses en sólo un antojo financiero que cumpla estas dos características: sea algo que compras pero realmente no valoras y que hagas bastante frecuentemente. Puede ser delivery como puede ser comprar “siempre” de más en el supermercado “alimentos” que no te hacen bien y preferirías no comer, o lo que fuere. Ahora sigue los siguientes pasos:
- Decide si vas a dejar por completo ese “antojo financiero” o si lo vas a hacer gradualmente
- Si lo haces gradualmente decide qué presupuesto mensual vas a otorgar para este tipo de compra
- Escribe el monto en un papelito en tu billetera, en una App o en notas en tu teléfono
- Decide cuándo vas a empezar a poner en práctica este plan de acción
- Comienza y registra en ese papel, app o nota cada vez que te das ese antojo financiero. Resta ese monto al total para ir llevando un registro del monto restante de dinero que tienes disponible
- Al terminar el mes evalúa tus resultados y reflexiona sobre los mismos. Si lograste tu objetivo ¡celebra! Es importantísimo valorar tu compromiso contigo misma.
- Sigue con este proceso hasta que ya se haya convertido en un hábito saludable y ya sea un ex antojo financiero.
- Cuando estés lista sigue los mismos pasos con el siguiente antojo financiero.
¡Vamos que tú puedes! Es mucho más simple de lo que parece. ¡Cuéntame qué tal te está resultando!
“Si desarrollar tu Inteligencia Emocional Financiera te es COHERENTE, ¡VALE!”
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