Se habla mucho de la traición masculina, pero aún hay mitos por descubrir. ¿Es cierto que los hombres buscan en una amante el sexo de mejor calidad, y que, por esto, caen en el adulterio? Yo no lo creo.
Tengo el caso de una pareja que conocí hace algunos años. Ella me contó su historia sobre la traición de su marido. Contaba que una noche, su esposo y ella estaban viendo la tele, de repente a ella le dio sueño y se fue a su dormitorio. En esos momentos se acordó de que tenía que llamar a su hermana. Al descolgar el auricular escuchó algo que la dejó paralizada… su marido estaba hablando con una mujer y su voz sonaba sexy y melosa. Era evidente que su marido la estaba engañando. Se sintió humillada y traicionada. En su mente repetía “creí que mi marido me quería”.
La discusión que surgió después del doloroso descubrimiento fue muy fuerte. ¿Por qué me has hecho esto? ¿En qué te he fallado? Le gritaba ella. Él solo le repetía “tú no has fallado en nada”.
Para comprender mejor el caso de esta mujer, y el de millones de mujeres, es bueno conocer por qué y las razones de estos adulterios. En muchas ocasiones no es el placer sexual lo que los motiva a ser infieles. Aunque la incompatibilidad sexual y el aburrimiento hace que un marido salga a buscar una amante, el adulterio no es siempre causado por razones sexuales.
En este caso, él estaba sufriendo de problemas de trabajo: estaba esperando una buena promoción, pero se lo dieron a otra persona. Él se sintió deprimido y triste, antes de todo, él nunca le comentó esto a su mujer. Ella no sabía lo que estaba pasando, pero, una compañera de trabajo lo ayudó a salir de su tristeza, según él, “con sus consejos y comprensión”. Este hombre fue más allá… y empezó una relación con ella.
Como es lógico, este matrimonio escuchó los consejos de sus familiares y fueron a ver a un consejero matrimonial que entre otras cosas les dijo: “De este momento en adelante deben hablar más de sus problemas e inseguridades. Apoyense mutuamente, no se guarden nada”.
Gracias a Dios lograron reconciliarse y todo terminó bien. Aún siguen casados.
Otras razones “no sexuales” que tienen ellos para buscar un romance extramarital son, por ejemplo: Desean comprobar su “masculinidad fuera del hogar”. Por otro lado, muchos de ellos son inseguros y acomplejados, son mujeriegos compulsivos, buscan compañía femenina para probarse a sí mismos que son atractivos y deseables. Estos son los ególatras, por lo tanto, son promiscuos. Ellos alimentan su ego teniendo varias amantes.
Hay otros casos, y es cuando el marido, tiene que viajar por trabajo (ojo mujeres) estos esposos tienen oportunidades de conocer a chicas que están dispuestas a tener un “Good time” como dice mi amiga Inés. Las convenciones, las reuniones, las cenas y las fiestas que surgen en los viajes de negocios conducen al sexo extramarital.
En mi opinión, ningún matrimonio feliz es garantía contra la infidelidad. Conozco algunos matrimonios que se consideran felizmente casados, sin embargo, se sabe que han sido traicionados. Entonces yo me pregunto, si el hombre tiene una buena esposa en todos los sentidos, ¿por qué buscan una aventura extramarital?
En la mayoría de los romances extramaritales ocurren con compañeras de trabajo y hasta con amigas en común. Ellas, buscan una relación por interés monetario, y más si es su jefe. Ellos se dan el lujo de complacer los caprichos de su amante llena de dulzura y mimos. ¿Y qué hombre rechaza las zalamerías? Por esta razón muchos de ellos caen en las garras de estas mujeres.
Por último, para mantener su matrimonio, deben ser honestos y comunicarse mutuamente sus sentimientos y problemas. Es la única manera de resolver las crisis que se presentan en estos casos.