La ansiedad es un conjunto de acciones y respuestas del cuerpo, debido a un miedo externo, o producido por la mente a causa de diversas circunstancias que tenga el individuo en ese momento de su vida.
Generalmente produce trastornos fisiológicos y emocionales que la persona no puede controlar y desencadena un cuadro de ansiedad y pánico.
El síntoma de ansiedad empieza por el estrés y las tensiones. Esto se manifiesta cuando la persona se siente inconforme con todo lo que les rodea, no se sienten bien, se sienten cansados.
Suele suceder cuando la persona no logra conciliar el sueño por las noches, se despierta pensando en los mismos problemas que martillean su cerebro a la hora de acostarse. Imposible quedarse dormido, tampoco puede leer, solo sigue deambulando por la casa, al final se queda en la cama dando vueltas y cuando empieza a amanecer, se baña, y se arregla para ir al trabajo, pero la persona sigue agotada, que ni siquiera el baño le ayuda. Pero ¿por qué?, porque siempre está pensando en los problemas económicos, familiares, laborales o cualquier situación que tenga en esos momentos. Todas estas preocupaciones desencadenan la ansiedad y el estrés.
Ese cúmulo de problemas sin una solución aparente, son los que asfixian y no permiten vivir en paz. Todo esto produce un tremendo drenaje de energías que deja sin fuerzas para enfrentar al mundo. Pero, ¿cuál es el verdadero origen de todo esto? Las tensiones a las que estamos contínuamente sometidos.
La vida se va haciendo cada día más compleja, surgen nuevos inventos en la tecnología y comodidades, y como es lógico, aspiramos a disfrutar de estas ventajas. Nos esforzamos continuamente por tener más. Se desea hacer más dinero y todo lo que esto pueda adquirir. También se siente ansiedad por obtener ascensos en el trabajo, nuevas posiciones que hacen sentir que lo merecemos. ¿Pero a qué precio?, por más tensión, más trabajo, competencia, esfuerzos, ansiedad y más estrés. Con todo esto lo único que resentimos es la salud.
¿Y cómo controlar todos estos síntomas? Primeramente, visitar a un médico. Si realmente deseamos salir de todos estos síntomas, será importante poner nuestro empeño para salir de ellos, ya que no es algo que se soluciona en un solo día, sino poco a poco hasta combatirla.
Algunos médicos recomiendan medidas que pueden aliviar todo esto como hacer ejercicios, correr para sudar, aspirar y exhalar aire por la nariz, pasear en bicicleta, todo esto ayuda. Si tienes alguna preocupación que no tienes tranquilidad, busca a una persona de confianza, cuéntale tus preocupaciones, tus temores, conflictos, en fin, todo lo que te molesta en tu interior; así te sentirás mejor. Compartir con alguien es como abrir la válvula de escape, en vez de acumular vapor como una caldera, que tarde o temprano explotará con mayores consecuencias.
Es muy importante que hagas las cosas por partes. Planifica bien, y no empieces una nueva tarea sin terminar la anterior. Las cosas menos urgentes déjalas para el día siguiente, aunque escuches a diario «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.
Tengo una amiga que, por mucho tiempo, pasó y sufrió con todas estas tensiones, hasta que, gracias a Dios, se dio cuenta que no podía seguir así. Buscar asistencia profesional a tiempo. Actualmente, es una mujer más tranquila, centrada en lo que puede hacer, y lo que no puede hacer. Además, es súper feliz, porque encontró a su verdadero amor, y esto la reconfortó mucho más.
Amigos, eliminar las tensiones que nos rodean es casi imposible, pero sí, podemos controlarlas consultando a un médico experto en la materia.
Por último, para combatir todo esto, es importante cambiar los pensamientos negativos y de miedo, por positivos. Recordar los momentos alegres, y reírse es saludable. Hacer algo que nos guste, escuchar música, bailar, leer un buen libro, todo esto es relajante y ayuda mucho. No te mates por el trabajo, solo respeta los horarios, sin translimitarte. Tampoco te sacrifiques por nadie. Descansa todo lo que puedas. Cuida tu salud.