A un año de la invasión rusa a Ucrania, está muy clara la posición de la mayoría de los países del mundo: Que termine el conflicto bélico y que Rusia no gane la guerra.
Una guerra sin sentido, como todas, que viola la soberanía y legislación internacional, que ha dejado miles de víctimas que necesitan ayuda humanitaria y a un país, Ucrania, destrozado. Es el golpe más fuerte a la seguridad de Europa.
El impacto hacia el interior de Ucrania es brutal. Hay crisis de alimentos, de salud, de vivienda, de atención a víctimas, de economía familiar y de estabilidad emocional de los ciudadanos. Quienes más han resentido esta situación son los niños, las mujeres, los adultos mayores y la población vulnerable
La Comisión Europea y Polonia con el apoyo de la ONU, lanzaron una iniciativa para poder encontrar a los niños ucranios que las fuerzas rusas han secuestrado. «Desde el inicio de la invasión, se estima que las fuerzas rusas han enviado miles de niños ucranianos a Rusia. El secuestro de niños ucranianos es un problema social, una tragedia y un crimen”, expresó la portavoz de la comisión. Sin la ayuda de otros países Ucrania no estaría en pie de lucha por defender lo propio.
En la pasada asamblea general de la ONU, 141 países aprobaron la exigencia de que Rusia retire sus tropas del territorio ucraniano y termine la guerra. Se pretende el aislamiento económico y político de Rusia como presión para terminar con el conflicto armado. La Unión Europea acordó un veto a la exportación de tecnología de uso militar, así como la afectación a bancos rusos que serán excluidos del protocolo mundial Swift para el intercambio financiero.
Estados Unidos apoya estas medidas y, además, ha enviado a Ucrania equipos para defenderse. Acaba de presentar un nuevo paquete de ayuda por dos mil millones de dólares.
«Estados Unidos seguirá trabajando junto a sus aliados para proveer a Ucrania con capacidades para cubrir sus necesidades inmediatas en el campo de batalla y sus requisitos de seguridad a largo plazo el tiempo que sea necesario», aseguró el Pentágono.
Algunos datos de esta lamentable guerra son: Más de 8 millones de refugiados en toda Europa, según la ONU; el 90 por ciento de los ucranianos que han buscado seguridad y protección en el extranjero son mujeres, niños y ancianos, y los hombres deben pelear. Así mismo, hay mil quinientos millones de personas afectadas en todo el mundo, que necesitan el suministro de alimentos y fertilizantes que se ha visto interrumpido debido al conflicto armado.
Fuentes diversas señalan que Rusia ha tenido 180 mil bajas en su ejército y 100 mil Ucrania; más de 9 mil civiles han perdido la vida, entre ellos 453 menores; y 65 mil crímenes de guerra denunciados.
La economía de los países también se ha visto afectada. La inflación mundial es 8.8 por ciento; el hambre en el mundo aumentó 23 por ciento con respecto al 2022; Europa ha tenido que destinar más dinero a programas de acogida.
Putin insiste en mostrar su afán imperial y no parece tener disposición al diálogo. Canceló el último acuerdo de desarme nuclear que tenía con Estados Unidos como una forma de demostrar su poder armamentista.
No hay señales de que este conflicto bélico termine pronto. Sin embargo, no podemos perder la esperanza y la confianza en la capacidad y espíritu humano para resolver las diferencias mediante el diálogo y respeto a la dignidad de las personas y su derecho a decidir. El mundo quiere paz.
Detrás de todos los números e indicadores hay personas que sufren la violencia, el desamparo y la desesperanza.
P.D. El domingo 26 tuvimos una limpia y pacífica manifestación por la democracia de México y defensa del INE. Fue expresión de la ciudadanía, no de corruptos ni de traidores.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com