No hay nada que justifique los ataques militares a la población civil.
Lo sucedido el fin de semana pasado por parte de la organización islamista Hamás hacia Israel es inaceptable; fue un golpe contra la humanidad. El mundo civilizado se une en solidaridad y dolor hacia un pueblo inocente, y en repudio hacia esta acción terrorista.
Vale la pena contextualizar los hechos. Los conflictos entre Israel y el pueblo de Palestina datan de muchos años, es uno de los más largos y complejos en la historia moderna. El centro de estos, aunque es multifacético, tiene que ver principalmente con el reconocimiento oficial del Estado de Palestina. Ambos reclaman derechos políticos y territoriales sobre Jerusalén Oriental, Cisjordania y la Franja de Gaza.
Y aunque la disputa es territorial-político tiene implicaciones religiosas e históricas. En Gaza y Cisjordania predomina la población musulmana que profesa el islam. En Israel predomina el judaísmo. Los grupos extremistas han utilizado la religión para justificar actos de violencia.
No existe un Estado palestino independiente, pero la Autoridad Nacional Palestina (ANP) gobierna ciertas áreas de Cisjordania, y Gaza está bajo el control de Hamás, grupo islámico palestino. En estas ciudades hay asentamientos israelíes que son una fuente de tensión constante.
Es importante puntualizar que Hamás no representa a todos los palestinos ni es el único grupo político en la región. Surgió como grupo en la década de 1980 y ha mantenido un control fuerte en Gaza desde el 2007 después de una lucha interna con el partido Autoridad Nacional Palestina quien representa a los palestinos en el ámbito internacional y ha estado involucrado en negociaciones de paz con Israel en el pasado. Hamás es considerada como una organización terrorista por varios países, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, debido a su historial de ataques contra civiles israelíes y su negativa a reconocer el derecho de Israel a existir.
La comunidad internacional coincide en que Hamás requiere del respaldo de Irán para poder actuar. Es una organización que está armada, apoyada, financiada, y entrenada por Irán y otros países considerados radicales.
“Hamás ha importado, adoptado y replicado el salvajismo del Estado Islámico. Entrar en casas civiles en día santo y asesinar a sangre fría a familias enteras…”, expresó Isaac Herzoc, presidente de Israel.
Jerusalén es uno de los puntos de discordia, ambas partes la reclaman como propia y capital. Es una ciudad religiosa que congrega lugares sagrados para judíos, musulmanes y cristianos. En la Ciudad Vieja de Jerusalén se encuentra el Muro de las Lamentaciones para judíos, la Mezquita de Al-Aqsa y el Domo de la Roca para musulmanes, y el Santo Sepulcro para cristianos, lugares cuyo control también es disputado.
Los palestinos reclaman la autodeterminación nacional y el reconocimiento a nivel internacional como Estado Palestino. Varios países y organizaciones internacionales lo han reconocido y en 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas otorgó a Palestina el estatus de Estado observador no miembro en la ONU lo que le permitió participar en debates y actividades de la organización.
Sin embargo, el pueblo palestino sigue exigiendo el reconocimiento completo. Esto no se ha logrado por la división de territorios, la disputa por el control de Jerusalén y la cuestión de los refugiados, entre otros aspectos como las consideraciones históricas y religiosas que ambos argumentan como derechos soberanos legítimos sobre la misma tierra.
Los intentos de paz han sido infructuosos. Los habitantes están tan “acostumbrados” a este ambiente de guerra que sus casas están equipadas con refugios y están preparados para responder a las alarmas en la ciudad que avisan de bombardeos y ataques.
En todos estos conflictos, hubo muertes de civiles y militares, pero este de Hamás es considerado el más letal y sin precedentes. El ataque de Hamás provocó una durísima respuesta militar de Israel. “Las atrocidades que Hamás cometió no las hemos visto desde el Estado Islámico…siempre supimos de qué se trataba Hamás, ahora todo el mundo lo sabe, y lo eliminaremos exactamente de la misma forma que el mundo ilustrado eliminó al Estado Islámico…tomará tiempo…nuestros enemigos sabrán que fue un terrible error atacar a Israel”, expresó Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel.
Hamás podrá considerarla como una guerra santa o yihad con consecuencias lamentables para la población y con posibilidades de abrir otros frentes de combate al contar con el apoyo de grupos aliados como Hezbula, chií libanés, quién ya se involucró.
No se puede ser ni neutral ni tibio ante la violencia terrorista.
“Si uno no hace esto (apoyar a Israel) está apoyando al terrorismo, está apoyando al terror… Esperaríamos que no traten de mantener la neutralidad o el equilibrio, porque aquí no se puede ser neutral, no hay dos partes que sean equivalentes, no son dos Estados que tienen un conflicto, es un grupo terrorista, cruel, brutal, inhumano en contra de civiles inocentes y no hay lugar a un equilibrio y a una neutralidad, sino que hay que tomar lados, y el lado correcto, en lado de Israel “ expresó Eunat Kranz Neiger, la embajadora de Israel en México.
Hay consenso internacional en el repudio de este ataque contra el pueblo de Israel. Hasta ayer se hablaba de al menos mil 500 muertos y aproximadamente 150 secuestrados, entre ellos dos personas mexicanas.
Los rehenes en ambos lados se están utilizando como mercancías de cambio. Es lamentable que el concepto de persona no avance en el reconocimiento al respeto a la vida y derecho humanitario.
El rechazo a la violencia debe ser unánime y global.
Nos dueles Israel, estamos contigo.
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com