Los niños, niñas y adolescentes, NNA, como rehenes es una expresión que se refiere al uso de estos como si fueran mercancía o medio de presión, amenaza o coerción para lograr ciertos objetivos en contextos que van desde políticos y sociales hasta disputas familiares, separaciones conflictivas o situaciones de violencia doméstica. En cualquier caso, es inaceptable. Los niños son personas frágiles y cualquier afectación a su desarrollo tendrá consecuencias devastadoras en su bienestar y crecimiento, particularmente en el aspecto emocional. Es sin duda, una práctica que va en contra de los principios éticos y legales.
En México, la principal ley que protege los derechos de los niños es la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes la cual fue publicada en diciembre del 2014. Esta ley tiene como objetivo garantizar el ejercicio pleno de sus derechos, así como su desarrollo integral. Algunos de los derechos protegidos por esta ley son el derecho a la vida; a la no discriminación; a vivir en familia; a la salud; a la educación; a la identidad; y a la protección contra la violencia, entre otros. También establece las obligaciones de las autoridades para garantizar la protección de estos derechos, así como los mecanismos correspondientes en caso de violaciones.
Hace unos días se presentó la noticia de 20 menores entre 12 y 17 años que se integraron a la policía de la comunidad de Ayahualtempa en la zona centro de Guerrero. Esto como medida urgente de la población para protegerse de los narcotraficantes, dado que el gobierno no les da seguridad y además, no ha podido resolver la desaparición de cuatro integrantes de una familia secuestrados. Según los dirigentes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, Pueblos Fundadores (CRAC-PF) los plagiarios pertenecen a la organización criminal de Los Ardillas.
Fue muy lamentable advertir cuando el consejero de la coordinadora regional, Luis Morales, les preguntó a los nuevos integrantes si estaban dispuestos a defender los derechos de su pueblo, todos dijeron que sí. Los niños aprenden a disparar y dicen los consejeros que no los ponen “al frente” solo están de vigilantes.
Menores que deberían estar en la escuela y disfrutando de su niñez en actividades recreativas, deportivas o culturales, son obligados a resolver problemas de adultos, y situaciones de política y seguridad correspondientes al gobierno.
Pero el caso de niños rehenes no solamente se da en estas situaciones de seguridad, sino también en otros casos como la contaminación en nuestra ciudad que impide que los niños salgan a jugar. El fin de semana pasado hubo una manifestación pacífica en la explanada de los héroes y se apreció la participación de niños acompañados de sus padres para exigir la reubicación de la refinería de Pemex en Cadereyta y cuidar la calidad del aire que respiramos. A las y los niños con mucha frecuencia no se les permite salir a recreo cuando el ambiente o calidad del aire, no es sano. Exigen tener aire limpio y que las autoridades tomen las medidas necesarias para ejercer su derecho a la salud.
Pero también están los niños que no reciben las medicinas del IMSS Bienestar. El artículo 50 de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes establece que las “niñas, niños y adolescentes tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud, así como recibir la prestación de servicios de atención médica gratuita y de calidad”. No obstante, en el 2022 la carencia de acceso a servicios de salud fue una realidad para el 42.3 por ciento de las personas entre 0 y 17 años del país de acuerdo con CONEVAL. Comparativamente, entre 2016 y 2022 el 13.3 por ciento se encontraba en esta situación, es decir, se tuvo un aumento de 29 puntos porcentuales.
Las explicaciones políticas para esta situación refieren a la reestructura del sistema de salud en México, pero lo cierto es que hay intereses involucrados. Ignorar esta afectación a los NNA principalmente con cáncer, es violencia y atentado contra sus derechos.
Otro ejemplo de violencia hacia los derechos y uso como medio de presión fue la medida que Trump tomó casi inmediatamente al asumir su cargo como presidente de Estados Unidos, en 2017, para disuadir a los inmigrantes de ingresar ilegalmente a ese país mediante la “alternativa nuclear” de separar a los niños de sus padres. Esta determinación considerada como crueldad y políticamente arriesgada generó posiciones internacionales de rechazo, pero los más afectados fueron los NNA y sus familias.
También está la Alienación Parental que describe una situación en la cual uno de los padres intenta alejar al hijo o hija del otro progenitor. Esto ocurre en contextos de divorcio o separación, y está vinculado a disputas de custodia. Algunas conductas asociadas incluyen la limitación o bloqueo de la convivencia del otro progenitor con los niños, manipular información o inducir sentimientos de miedo o rechazo hacia el progenitor alienado o su familia.
En septiembre de 2023 el colectivo “no más hijos rehenes” protestaron en la ciudad de Monterrey como muestra del desacuerdo de los padres divorciados ante el Poder Judicial de Nuevo León. Los inconformes señalaron que con base a mentiras las madres de sus hijos impiden la convivencia sana con los niños y por consiguiente no están presentes en el desarrollo y crecimiento de estos. Se quejaron de que los jueces favorecen solo a las mujeres. De hecho, hay una organización que se llama “no queremos más hijos huérfanos de padres vivos” que reclama la custodia compartida y trato equitativo en las resoluciones que afectan principalmente a los papás.
La convivencia y las relaciones entre ambos es derecho de ambos padres y de los hijos. Privárseles del contacto y amor de uno de sus padres, es la mayor agresión que se le puede hacer a un NNA, tiene un efecto negativo en su desarrollo psicoemocional y, sobre todo, se violan sus derechos.
También hay políticos que se toman fotos con NNA en contextos compasivos como medida electoral; y alumnos como los de Taxco que tienen desde el 22 de enero sin ir a clases por un paro de transportistas que reciben amenazas de la delincuencia organizada
El bienestar de los NNA debe ser prioritario en cualquier decisión política, familiar y social. No se vale utilizarlos como mercancía para obtener situaciones ventajosas.
¿Quién defiende los derechos de los NNA con verdadera visión de ser interés superior?
Leticia Treviño es académica con especialidad en educación, comunicación y temas sociales, leticiatrevino3@gmail.com