El partido fue parte del cierre de la Serie A de Italia.
El Milan cerró una temporada en blanco con un empate ante el sótanero (3-3), el Salernitana, que plantó cara a un equipo que se despidió a Stefano Pioli, emocionado con el homenaje de su afición algo más de veinticuatro horas después de su destitución.
Pioli cerró ante el Salernitana una etapa de cinco años. Aterrizó en el Milan en la temporada 2019/20 y entre su mayor logro destaca la Liga que ganó en el curso 2021/22 que devolvió a su equipo a la cumbre de la Serie A tras once años de sequía.
Sólo por esa conquista, Pioli mereció el reconocimiento de su público, que supo agradecer el buen trabajo de su entrenador. Y en eso consistió el partido, en tratar con corrección a un técnico que antes del pitido inicial fue rodeado por sus jugadores y aplaudido por todos ellos junto a los cerca de 50.000 espectadores que acudieron a San Siro.
Entre lágrimas, se sentó en el banquillo dispuesto a dirigir con profesionalidad sus últimos noventa minutos en el Milan. Y es que, en la víspera, su club, a través de un comunicado oficial, anunció su destitución:
«El AC Milan agradece de todo corazón a Stefano Pioli y a todo su personal por liderar el primer equipo durante los últimos cinco años, asegurar un título de liga inolvidable y restablecer la presencia constante del AC Milan en la máxima competición europea. El profesionalismo y el toque humano de Stefano han contribuido significativamente al crecimiento del equipo».
Con esa amarga noticia, los jugadores del Milan se prestaron a rendir un último servicio a su jefe. Aunque el rival era el más débil posible, el último de la tabla, merecía una victoria digna como despedida.
No la consiguió pese a firmar una buena primera parte en la que Leao y Giroud —quien también se marcha del Milan—, en apenas cinco minutos, entre el 22′ y el 27′, encarrilaron un partido que parecía destinado a ser para el Milan. Sin embargo, en el segundo acto todo cambió.
El Salernitana tuvo un ataque de dignidad y reaccionó con el tanto de Simy, que recortó distancias para poner algo de emoción al duelo. Davide Calabria, con un gran cabezazo, celebró el 3-1 e intentó sin éxito cerrar las puertas a un posible pinchazo que habría ensombrecido el homenaje a Pioli. Y es que, Sambia, en el 87, y Simy, en el 89, empataron el choque sobre la bocina.
Pioli, pese al empate, se fue por la puerta grande del club italiano. Y también pese a terminar en blanco la temporada: el Milan fue segundo en Liga por detrás del Inter; fue eliminado por el Atalanta en cuartos de la Copa de Italia; no pudo con la fase de grupos de la Liga de Campeones en el grupo de la muerte junto a Dortmund, PSG y Newcastle; y fue apeado en cuartos de final de la Liga Europa por el Roma.
Sin embargo, su título de Liga vale su peso en oro. Pioli consiguió recuperar la alegría para una afición que acumulaba muchos años sin victorias importantes. Abrió una rendija a la esperanza para un equipo que tendrá que resetearse de nuevo para volver a la senda de la victoria. El encargado podría ser Paulo Fonseca, que suena para encabezar el resurgimiento del conjunto italiano. Pioli ya es historia, el Milan empieza una nueva etapa.
El portero mexicano Francisco Guillermo Ochoa, cabe resaltar, no formó parte de la última convocatoria del club italiano, que jugará la próxima temporada en la Serie B.