Los tanques israelíes se adentran en el este de Rafah, alcanzando algunos distritos residenciales de la ciudad fronteriza del sur de Gaza. Los organismos internacionales han advertido repetidamente contra una incursión terrestre en Rafah, una ciudad repleta de refugiados, donde Israel dice que están escondidos cuatro batallones de Hamás. Los combates se han intensificado en otros lugares de la Franja de Gaza en los últimos días, incluido el norte, y el ejército israelí regresa a zonas donde había afirmado haber desmantelado a Hamás meses atrás.
Los tiroteos han continuado en Jabalia, en el norte de Gaza, un extenso campo de refugiados construido para palestinos desplazados hace 75 años. “Muchas personas están atrapadas en sus casas. Perdimos contacto con algunos familiares después de que el ejército les advirtiera mediante llamadas telefónicas que se marcharan y se negaron”, dijo a Reuters Nasser, de 57 años, padre de seis hijos, utilizando una tarjeta telefónica internacional. En Rafah, que limita con Egipto, los residentes palestinos dijeron el martes por la tarde que podían ver humo elevándose sobre los distritos orientales de la ciudad y escucharon explosiones después de que Israel bombardeara un grupo de casas.
El secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado consternado por la escalada de Israel en Rafah y sus alrededores y por el lanzamiento indiscriminado de cohetes de Hamás allí, ha afirmado un portavoz. “Los civiles deben ser respetados y protegidos en todo momento, en Rafah y en otras partes de Gaza. Para la gente de Gaza, ningún lugar es seguro ahora”, ha asegurado Stéphane Dujarric, añadiendo que Guterres volvió a pedir un alto el fuego humanitario inmediato.