La escritora Alice Munro, Premio Nobel de Literatura en 2013 y considerada como «la Chéjov de Canadá» por su dominio del cuento, falleció a los 92 años, anunció la prensa local este martes (14.05.2024). Munro, quien también obtuvo en 2009 el Man Booker International Prize por el conjunto de su obra, padecía demencia desde hace más de una década. Su familia anunció al periódico The Globe and Mail que la escritora murió en la noche del lunes en una residencia para mayores en la provincia de Ontario, en Canadá.
Munro ambientó sus historias tensas y agudamente observadas en el campo rural de Ontario donde creció, poniendo el foco en las debilidades de la condición humana. A pesar de su gran éxito y una impresionante lista de premios literarios, durante mucho tiempo permaneció tan sencilla y modesta como los personajes de su ficción. «Ella no es una persona de la alta sociedad. De hecho, rara vez se la ve en público y no realiza giras de promoción de libros», comentó el crítico literario estadounidense David Homel después de que Munro alcanzara la fama mundial.
Nacida el 10 de julio de 1931 en Wingham, Ontario, Munro creció en el campo. Su padre, Robert Eric Laidlaw, criaba zorros y aves de corral, mientras que su madre era maestra en un pequeño pueblo. Con sólo 11 años decidió que quería ser escritora, y nunca vaciló en su elección profesional. «Creo que quizá tuve éxito haciendo esto porque no tenía ningún otro talento», explicó una vez en una entrevista.
La primera historia de Munro, «Las dimensiones de una sombra», se publicó en 1950, mientras estudiaba en la Universidad de Western Ontario. Munro, cuyo nombre de soltera era Alice Ann Laidlaw, consiguió una beca para estudiar allí, donde conoció a su primer esposo, James Munro. La pareja se trasladó al oeste de Canadá y en 1963 se asentaron en la localidad de Victoria, donde abrieron la Librería Munro.
Alice Munro empezó a despuntar como escritora en 1968 cuando ganó el más importante galardón literario del país, Governor’s General Award, con una colección de historias, ‘Dance of the Happy Shades’. En 2013, tras una larga carrera que compaginaba con el cuidado del hogar, le llegó el máximo reconocimiento internacional, el Premio Nobel de Literatura, que no pudo recoger en persona y que la academia sueca le concedió como «maestra del relato corto contemporáneo».