Al revisar las publicaciones del presidente de Colombia Gustavo Petro en X, antes Twitter, y sus discursos en la plaza pública durante la última semana, quedan en evidencia sus frentes de batalla.
En lo internacional: ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, seguido de un fuerte cruce de mensajes con el primer ministro de Israel, Benjamín Netahyahu. «Señor Netanyahu, pasará usted a la historia como un genocida. Lanzar bombas sobre miles de niños y niñas, mujeres y ancianos inocentes no lo hace a usted un héroe. Queda usted al lado de quienes mataron millones de judíos en Europa», afirmó Petro en X el sábado en reacción a una declaración de Netanyahu en la que afirmó: «Israel no va a recibir lecciones de un antisemita».
Varios usuarios aprovecharon ese escrito para pedirle en los comentarios al presidente que se encargue primero de los problemas de orden público en Colombia, mientras que otros apoyan su postura crítica frente a Israel y a favor de los palestinos.
En el ámbito local, la situación no es menos tensa. Petro enfrenta varios escándalos por presunta corrupción que han salpicado a integrantes de su Gobierno y hasta a congresistas.
El más sonado de ellos es el que de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), que tiene que ver con el presunto sobrecosto en la compra de carrotanques para llevar agua potable a las comunidades más pobres del Departamento de La Guajira, en el norte de Colombia, y el supuesto pago de coimas, con esos dineros, a algunos congresistas para que apoyen las reformas sociales que impulsa el Gobierno en el Legislativo.
La Fiscalía General y la Corte Suprema de Justicia, en materia penal, la Procuraduría General, en materia disciplinaria y la Contraloría, en materia fiscal y administrativa, han iniciado investigaciones por este caso.
«La orden es desmantelar por completo el régimen de corrupción en la Ungrd y en todas las entidades del Ejecutivo», dijo este domingo el mandatario. También ordenó la creación de una mesa técnica para esclarecer el uso indebido de recursos públicos.
Petro está enfrentado además una crisis en la política de “paz total” tras el anuncio, la semana pasada, de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de retomar los secuestros extorsivos, algo que incumple el acuerdo logrado en diciembre de 2023 tras la presión por el secuestro del padre del futbolista de la selección de Colombia y Liverpool, Luis Díaz.
Esto se suma a las dificultades que enfrenta el cese del fuego con disidencias de las FARC luego de ataques a soldados y a la población civil, especialmente en el departamento del Cauca.
En su cuenta en X, Antonio García, jefe del ELN, ha hecho una serie de acusaciones contra el mandatario. Dice que habría recibido dinero producto de la extorsión y el secuestro cuando era integrante del desmovilizado grupo guerrillero M-19. «O sea, que las retenciones económicas son buenas para unos, pero para otros no. Qué lindo el doble rasero», escribió García en X, a lo que Petro respondió con risas, también en X: «A la desmovilización militar del M-19, que no política, llegué en 1989 con dos blue jeans y tres camisas y volví a dormir en el piso de la cocina de un apartamento en Bogotá. No me arrepiento. A las insurgencias les hace mucho daño la gran riqueza, les afecta las ideas, se vuelven opresoras o enloquecen. Se olvidan del bien más preciado de un pueblo que es la paz».
Las disidencias de las FARC, actualmente en un accidentado diálogo de paz con el Gobierno también se han mostrado desafiantes ante el mandatario. «Presidente Gustavo Petro anuncia ofensiva total contra las FARC-EP cierra las puertas del diálogo y la paz. Su verdadero rostro no dista mucho del de gobiernos anteriores. “Mal paga el diablo a quien bien le sirve”, afirmaron las disidencias del llamado “Estado Mayor Central” en su cuenta de X el 6 de mayo tras el anuncio del Gobierno de perseguirlos por los ataques a soldados en Cauca. CNN ha pedido entrevista con el presidente Petro sobre estos y otros temas y hasta ahora, no ha recibido respuesta.
Ante estos escenarios adversos, Petro ha optado por reanudar su agenda interna en el «gobierno con los barrios populares», en jornadas que ha realizado en Cali, Cartagena, Barranquilla y el eje cafetero. Allí, en discursos desafiantes y para algunos analistas, hasta amenazantes, ha insistido en su idea de una Asamblea Constituyente, pero no por los canales establecidos en la Constitución de Colombia, que implicarían la aprobación previa en el Congreso, donde no tiene mayoría, sino una que, según él, el propio pueblo convoque y tome decisiones autónomas para implementar las reformas sociales que plantea el Gobierno.
El 11 de mayo propuso también un acuerdo nacional para un referendo que busque avalar sus reformas. «Por eso los invito, señores de la oligarquía colombiana, del establecimiento o como quieran llamarlos, de la clase política tradicional, a un acuerdo nacional para las reformas sociales de Colombia, para la construcción de una verdadera democracia. Acuerdo nacional que, si lo logramos, debe llevarse a referendo popular, a través del referendo constitucional en Colombia, para que el pueblo diga sí o no”, sostuvo Petro en un discurso público en Cali el 10 de mayo.
Crítico del Gobierno, el exministro de Hacienda y exnegociador de paz, Juan Camilo Restrepo, dijo a CNN que todo son cortinas de humo del presidente para que los escándalos y la falta de gestión pasen a un segundo plano. «Primero dijo que no convocaría una Asamblea Constituyente; después que sí lo haría; y ahora sale con el anuncio de que lo que promoverá será un referendo constitucional. Sin hacer claridad si dicho referendo se convocará respetando el procedimiento previsto en la Carta del 91 o al margen de ella» sostiene Restrepo.