El mismo día de su inauguración, en una jornada deslucida por la lluvia, el Festival de Cannes se ha visto sacudido por las acusaciones de agresión sexual de nueve mujeres contra el productor Alain Sarde. Ha sido la revista Elle la que recoge los testimonios de casos de violación y acoso que sucedieron en su mayoría en los años ochenta y noventa, aunque por aquel entonces nunca hubo una denuncia en el juzgado. Las víctimas eran menores de edad o muy jóvenes y se estaban abriendo camino en el mundo de la interpretación.
Sarde, una suerte de Harvey Weinstein francés, productor de películas como El pianista, de Roman Polanski; Yo te saludo, María, de Jean-Luc Godard; Un domingo en el campo, de Bertrand Tavernier o Los juncos salvajes, dirigida por André Techiné, ha negado todas las acusaciones a través de su abogada, quien ha señalado que son hechos que le son totalmente ajenos. “Alain Sarde refuta las acusaciones con la mayor firmeza y afirma que nunca ha utilizado la más mínima violencia o coerción en sus relaciones con mujeres cuyo consentimiento siempre ha sido esencial para él”.
La revista publica testimonios de siete denunciantes anónimas como el de una actriz que apareció en series de televisión en los noventa y relata que en 1985, cuando tenía 15 años, el productor la violó con el pretexto de una cita profesional para un papel en su apartamento de París. Otras seis narran que también fueron invitadas a casa del productor, donde sufrieron agresiones sexuales.
Solo dos intérpretes han dado sus nombres verdaderos, Annelise Hesme y Laurence Côte. Hesme, que contaba con 20 años en 2001 cuando conoció a Sarde para obtener un papel en uno de sus filmes, explica que el productor le propuso ejercer de escort en una fiesta: “Organizo cenas con actores, directores, distribuidores y les gusta tener en su mesa mujeres guapas e ingeniosas como tú. Por supuesto, se paga, y luego, si en el lote hay uno que te gusta, eres libre de ganar más dinero…“, le dijo entonces el productor. Hesme huyó mientras él le gritó: “¡Qué carajo queréis, putas!”. Cuando la actriz llamó a su agente para contarle lo sucedido le sugirió que era mejor no contar nada. “Es el mayor productor de París. Es tu palabra contra la suya”.
Por su parte, Côte, ganadora del César a la mejor actriz revelación en 1997 por Los ladrones, producida por Sarde, afirma que el productor quiso propasarse con ella y pudo escapar de sus intenciones, pero que después su carrera se vio perjudicada. “Nunca volví a actuar en ninguna de sus películas. Pensé que con un César lograría algo… Pero no me gustaba la seducción, no sabía nadar en aguas turbulentas, y es un mundo de tiburones. Realmente me quemó”.
Sarde es solo el primer nombre de una lista de agresores sexuales dentro del sector cinematográfico que se espera que salga a la luz en el marco del certamen, tal y como se apuntaba hace unos días. Esta información coincide con la publicación en el diario Le monde, de una columna en la que un centenar de personalidades del mundo del séptimo arte, entre las que figuran las actrices Juliette Binoche, Isabelle Adjani y Emmanuelle Béart, denuncian la inacción de las autoridades frente a las denuncias de abusos sexuales en la industria y exigen una ley integral contra la violencia sexual.
La publicación pretende remover las conciencias contra un fenómeno que sin duda va a afectar al prestigioso certamen que celebra su 77ª edición hasta el próximo 25 de mayo.
“Nuestros testimonios han sacado a la luz una realidad que se negaba: las violencias sexistas y sexuales son sistémicas, no excepcionales. Pero ¿nos escuchan de verdad?”, se preguntan las firmantes, entre las que figuran intérpretes que han denunciado ser víctimas, como Judith Godrèche, bandera del movimiento metoo francés desde que denunciase este año haber sido violada y sufrido abusos por parte de dos directores cuando era adolescente. Su activismo provocó que la Asamblea Nacional creara una comisión de investigación. Precisamente, la actriz proyectará este miércoles en Cannes su corto Moi, aussi, sobre violencia sexual, en la ceremonia de apertura de la sección Un Certain Regard y en el cine al aire libre de la playa de la localidad de la Costa Azul.
En su manifiesto piden “una ley integral” contra ese tipo de violencia “que sea ambiciosa y dotada de medios” porque a su juicio “pese al coraje de las víctimas, la impunidad crece”. También exigen brigadas especializadas o que se prohíba la investigación sobre el pasado sexual de las víctimas, para las que piden un acceso inmediato y gratuito a una ayuda psicológica.