En su informe, Amnistía Internacional (AI) acusa a Pekín de vigilar el activismo político de estudiantes chinos en el extranjero, y menciona casos en los que las familias de los estudiantes han sufrido acoso.
Despidos, pasaportes revocados, comunicación familiar bloqueada
Decenas de estudiantes chinos entrevistados en ocho países de Europa y de Norteamérica, que asistieron en el extranjeros a eventos como conmemoraciones de la matanza de Tiananmen, explicaron que miembros de sus familias recibieron amenazas, reportó AI.
China no solo no tolera la disidencia política y utiliza herramientas tecnológicas sofisticadas e incluso intimidación física para actuar en su territorio sino que lleva a cabo «una represión trasnacional», afirmó AI.
«Las amenazas contra miembros de la familia en la China continental incluían revocar sus pasaportes, despidos, no poder obtener una promoción laboral o las prestaciones de jubilación, incluso la limitación de su libertad física», asegura la ONG.
Los estudiantes también reportaron bloqueos a la publicación de sus mensajes y que fueron vigilados en aplicaciones sociales chinas, a menudo la única forma de comunicarse con sus familiares debido a las restricciones en línea de Pekín.
Problemas de salud mental por la sensación de vigilancia omnipresente
Un estudiante contó a Amnistía Internacional que la policía había mostrado a sus padres «transcripciones de sus conversaciones en WeChat con familiares».
Los estudiantes dijeron que se autocensuraban activamente durante las clases y las interacciones sociales y se quejaron de problemas de salud mental causados por la sensación de vigilancia omnipresente yendo «desde el estrés y el trauma hasta la paranoia y la depresión».
China, sin embargo, rechaza las acusaciones de atacar a nacionales en el extranjero, diciendo que respeta la soberanía de otros países y actúa dentro de la ley.