El Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) reportó el jueves que hay más de 2.000 desplazados, la cuarta parte de ellos en refugios, en diez de los 19 departamentos de Uruguay. Las autoridades estiman que la cifra, 60 por ciento superior a la del día anterior, podría ser incluso mayor, dado que solo toma en cuenta a los autoevacuados registrados oficialmente.
El departamento más afectado es Treinta y Tres, en el este del territorio, con más de 1.100 personas que tuvieron que dejar sus hogares. En la capital homónima, el río Olimar y el arroyo Yerbal, que la rodean, quedaron desbordados por las intensas precipitaciones.
«En tres días llovió lo que promedialmente llueve en tres meses”, aseguró Horacio Pintos, responsable del Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (Cecoed) de Treinta y Tres, quien equiparó estas inundaciones a las de 2007, hasta ahora las mayores en lo que va del siglo XXI. El río Olimar llegó a un nivel máximo de 9,6 metros, muy por encima de la cota de seguridad de 7 metros.
La situación es especialmente preocupante a nivel rural. Los caminos potencialmente inundables colapsaron. «A veces se corta uno, a veces se corta otro. Ahora están todos cortados a la vez”, afirmó Pintos, y dio como ejemplo la localidad de General Enrique Martínez, popularmente conocida como La Charqueada, que se encuentra temporalmente aislada tras el bloqueo de sus tres puntos de acceso.
Panorama nuevo
«Nos cambió totalmente el panorama”, reconoció Nidia Vera, la alcaldesa de este pueblo de 1.400 habitantes ubicado a 60 km de la capital departamental, en declaraciones a la radio local Difusora Treinta y Tres. La autoridad explicó que un bebé tuvo que ser trasladado en lancha hasta una ambulancia, para luego seguir viaje hasta un centro de salud.
El gobierno del presidente Luis Lacalle Pou declaró la emergencia vial, con el objetivo de acelerar las obras necesarias de recuperación de carreteras y caminos. En paralelo, la Asociación Rural del Uruguay (ARU), la institución gremial agropecuaria más influyente del país, reclamó que se habilite transitoriamente el paso de camiones con carga pesada por la caminería rural, porque «hace más de 50 días que no para de llover” y eso dificulta el traslado de cultivos delicados como la soja.