La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha vuelto a dejar en un ridículo global la alianza Israel-Estados Unidos al someter a votación que Palestina sea un estado de pleno derecho de la ONU, propuesta que ha obtenido el apoyo de 143 votos a favor contra 25 abstenciones y 9 votos en contra. Si bien esto carece de valor, refuerza los derechos de Palestina como estado observador en el seno de la ONU.
La resolución que se votó reconoce la candidatura de Palestina como apta para adherirse y además, al carecer esta votación de valor vinculante, devuelve la solicitud al Consejo de Seguridad de la ONU, el brazo ejecutivo de la institución, para que “reconsidere el asunto favorablemente”. El Consejo rechazó en su día el reconocimiento de Palestina como estado al vetar Estados Unidos la propuesta. La resolución insta también al secretario general de la organización, António Guterres, a dar cumplimiento a lo acordado.
La Asamblea da a Palestina más derechos dentro de la ONU, pero solo el Consejo de Seguridad da el estatus de país miembro
La votación de los 193 miembros de la Asamblea General ha servido asimismo como sondeo sobre el apoyo a la causa palestina siete meses después de la matanza de Hamas en Israel y de la posterior represalia israelí sobre Gaza. En el documento se subraya la determinación de que el Estado de Palestina, miembro de pleno derecho de múltiples organismos, cumple plenamente las condiciones necesarias para integrarse plenamente en Naciones Unidas conforme al artículo 4 de la Carta. Por lo tanto, “debe ser admitido”.
La campaña de “relaciones públicas” de Joe Biden, con su promesa de no suministrar más bombas a Israel ante su insistencia de atacar Rafah, en el sur de la franja de Gaza, o la condena del secretario de Estado, Antony Blinken, a las posibles vulneraciones de los derechos humanos cometidas presuntamente por el ejército israelí, no han servido de mucho.
La resolución de la asamblea carece de valor jurídico y algunos la califican de brindis al sol, pero es un correctivo amargo para la Casa Blanca. EE.UU. se quedó solo el pasado mes en el veto a esa propuesta de reconocer el estado de Palestina. Su embajadora, Linda Thomas-Greenfield, se hizo eco del argumento de la administración Biden de que la ONU no es el lugar donde se ha de tomar esta decisión, sino en una negociación directa entre los dos protagonistas.