El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, deberá tomar urgentes decisiones económicas para impedir el colapso del sistema de pensiones y asegurar el suministro de agua en el canal de Panamá, advirtieron analistas este lunes.
«Los desafíos que enfrentará son muy significativos, el principal de ellos pasar de la polarización y crispación política a la reconciliación nacional», indicó a la AFP Francisco Rojas, rector de la Universidad para la Paz de la ONU, con sede en Costa Rica.
Los dos partidos aliados de Mulino serán minoría en el nuevo Congreso, tras ganar solo 15 de los 71 escaños en los comicios generales del domingo.
Mulino «va a tener que hacer frente a un paquete de temas muy relevantes», dijo a la AFP Marcela Ríos, directora para América Latina de IDEA Internacional, una organización intergubernamental de promoción de la democracia y asesoría electoral.
«La inversión extranjera, el crecimiento económico, las pensiones, la crisis hídrica son claramente retos importantes, pero [hay] también retos políticos y un conjunto de desafíos sociales pendientes», añadió la exministra de Justicia y Derechos Humanos de Chile.
¿Ajuste fiscal?
Un tema relevante que deberá atender es la sequía que obligó en 2023 a reducir el número de tránsitos de buques en el canal de Panamá, el motor económico del país, lo que amenaza con mermar los aportes al erario.
El canal funciona con agua dulce que obtiene de lagos artificiales y por cada barco que cruza se vierten 200.000 millones de litros al mar. Pero el fenómeno de El Niño y el cambio climático han reducido la cantidad de lluvias y el cauce necesita una fuente adicional de agua dulce
Está en estudio la construcción de una represa y un ducto subterráneo de ocho kilómetros, obras que requieren inversiones millonarias.
Además, Mulino debe atender diversas demandas sociales de comunidades que carecen de agua potable, luz, servicios de salud y recolección de basura.
«Un gran desafío es la reconciliación socioeconómica del país. Panamá es altamente desigual», indicó Rojas.
Ante la magnitud de los desafíos económicos, los expertos estiman que el país requiere un «ajuste fiscal» y eventualmente elevar los impuestos.
Pero no es fácil aumentar los tributos en un país con un sistema político clientelista, por lo que el economista panameño Horacio Estribí estimó que «lo que urge tomar son medidas que garanticen la paz y el consenso social».
«En la medida que logremos esos aspectos, podemos recuperar el grado de inversión, reformar la Caja del Seguro Social, abastecer de agua el canal y mejorar la salud pública», afirmó.
Déficit en Seguro Social
En marzo, la agencia financiera Fitch rebajó la calificación de Panamá por el aumento de la deuda debido a un «gran déficit fiscal» (7,4% en 2023), lo que amenaza con encarecer los créditos al país.
En la rebaja influyó también el «contexto social tenso» por las protestas que condujeron a fines de 2023 al cierre de una mina de capital canadiense acusada de dañar el ambiente.
«La buena noticia es que Panamá no está al borde de un colapso económico, la mala es que estamos en una situación de una complejidad con pocos precedentes en nuestra historia», declaró Estribí a la AFP.
La mina aportaba el 75% de las exportaciones y el 5% del PIB de Panamá. Su cierre privó al erario de al menos 375 millones de dólares al año y levantó dudas sobre la seguridad de las inversiones extranjeras en el país.
La economía panameña creció 7,3% en 2023 (de las tasas más altas en América Latina), pero este año se desacelerará a 2,5% según el FMI, golpeada por el cierre de la mina y la sequía que afecta al canal.
Además, Panamá enfrenta un arbitraje con la minera canadiense, que exige 20.000 millones de dólares en compensación.
Un reto complejo es el déficit de la Caja de Seguro Social, que quedará en 2025 sin fondos para pagar las pensiones a más de 310.000 panameños, según expertos.
Una reforma al sistema podría contemplar posponer la edad de jubilación y un mayor aporte de los trabajadores, pero estas opciones son resistidas por los sindicatos.
«Estamos en contra del aumento de edad en jubilación, aumento de la densidad de cuotas y todo lo que representa en realidad una política regresiva a la clase trabajadora», dijo a la AFP Saúl Méndez, líder del sindicato nacional de la construcción.
En Panamá los hombres se jubilan a los 62 años y las mujeres a los 57.