La Guía Ética para la Transformación de México, publicada por el Gobierno actual, me recordó el catecismo. Incluye 20 principios con planteamientos positivos, aunque no nuevos. El reto es tomarlos no sólo como referencia de actuación sino como medio para evaluar resultados.
El documento señala que los principios nos deben de servir, para no desentendernos de los débiles ni promover la competencia despiadada. De igual forma, para superar rupturas y fracturas, fortalecer el respeto de las personas a sí mismas y a los demás, construir confianza, facilitar los acuerdos y la colaboración e impulsar de ese modo el desarrollo de sociedades fuertes, libres y justas. Todo esto nos llevará al bienestar y a la armonía social, habrá una mejor convivencia y será menor la necesidad de perseguir delitos. No hay quien se pueda oponer a estos ideales.
El documento fue elaborado por una Comisión a solicitud de AMLO; comisión que la que él también pertenece, por lo tanto, es una Guía AMLISTA ya que estos ideales del comportamiento han sido repetidos por el presidente en muchos espacios y momentos.
Es obvio pensar que se señala al pasado como el mal de México y al gobierno de la Cuarta Transformación como el gran redentor. Los grandes pecados son la corrupción y las ideas neo-liberales. Más allá de si son temas éticos o morales, o si el Presidente privilegia el documento contra planes puntuales para solucionar asuntos estratégicos del país, o si hay mejores referencias documentales del tema ético, se aprovecha, muy al estilo de AMLO, un buen mensaje para lastimar al pueblo en sus valores e historia. ¿Por qué generaliza?
Después de atacar al régimen neoliberal y sus funcionarios y defensores señala en la presentación: “…Se distorsionó y erosionó la ética que ha caracterizado al pueblo mexicano a lo largo de su historia y ello tuvo como consecuencia un declive moral generalizado en el país. Ante la descomposición y la decadencia a la que México fue conducido, proponemos reafirmar, difundir y promover los principios éticos hasta hace poco menospreciados y ridiculizados en el pasado reciente desde las alturas del poder político y económico, así como incorporar y fortalecer otras normas de conducta que han ido surgiendo en el mundo y en el país como resultado de la reflexión sobre temas de moral social y del avance civilizatorio general.
“…La Cuarta Transformación de la Vida Pública Nacional se ha propuesto erradicar la corrupción, construir un Estado de bienestar y de derecho y heredar un país libre, democrático y soberano, en el que la política se oriente por el principio del servicio a los demás y en el que el desarrollo no deje fuera a nadie. Para cumplir tales propósitos es obligado impulsar una revolución de las conciencias, esto es, construir una nueva ética humanista y solidaria que conduzca a la recuperación de valores tradicionales mexicanos y universales y de nuestra grandeza nacional”
¿Declive moral generalizado en el país?, ¿necesidad de nuevas nociones morales?, ¿la 4T como la revolución de las conciencias para una nueva y renovada ética humanista?, ¿la 4t nos va a heredar un país libre, democrático y soberano?
Me parecen apreciaciones injustas hacia los logros de nuestra historia y de sus procesos de construcción de democracia y de capitalismo social. Así mismo, a la visión de los mexicanos talentosos que, pese al gobierno de la 4T, trabaja para sacar adelante al país. De igual forma, es muy soberbio pensar que el gobierno actual es el único capaz de cambiar México.
Simplemente, Nuevo León es ejemplo, desde finales del siglo 19, de la creación de empresas con enfoque social. Nuestra historia da testimonio de la visión y empatía de emprendedores que ofrecieron condiciones laborales dignas y que, además, contribuyeron en la salud, vivienda, educación, recreación, fomento al ahorro y sistemas de jubilación. Las mejores universidades privadas del Estado, son resultado de la participación de empresarios con clara perspectiva de calidad educativa, profesionalización pertinente, emprendedorismo y responsabilidad social. Y así, hay muchos logros en la filosofía, creencias y cultura de trabajo y vida de México.
Ciertamente, como sociedad tenemos grandes desafíos que van más allá de las fronteras: atención a la desigualdad y vulnerabilidad, sustentabilidad ambiental y crear condiciones de convivencia, situaciones que se deben atender con una cultura de legalidad y equidad. Así también, con conciencia de comunidad ciudadana y solidaridad; teniendo al ser humano al centro de toda decisión. Y trabajando de manera colaborativa gobierno, empresa, organizaciones y ciudadanía.
También es cierto que México tiene en su historia grandes y severas referencias a la corrupción, violencia y desigualdad. Pero lamentablemente, esto sigue presente y además es cuestionable plantear un proceso de transformación soportado solamente en la moral.
La Guía incluye afirmaciones generalizadas que lastiman al pueblo mexicano en su solidaridad, visión humana, valores comunitarios y esfuerzo diario por abatir los problemas que nos aquejan y seguir construyendo la grandeza de nuestra nación.
La Guía da mucho de qué hablar.