Una imagen del acto castrista por el Día del Trabajador, el pasado 1 de mayo, en La Habana, llamó la atención de los cubanos en redes sociales. En la misma se ve al presidente designado, Miguel Díaz-Cane,l escuchando las órdenes del veterano dictador Raúl Castro.
“¿Cómo titularías esta imagen? Dice más que mil palabras (…) Detalles menores: las gafas de marca de Raúl y los audífonos para la sordera”, comentó en la red social X el periodista cubanoamericano Mario J. Pentón.
Al respecto, otro usuario comentó que los Castro eran “fanáticos empedernidos de las cosas de alta gama, lo caro, lo soberbio y a la moda. La armadura china o rusa pa’l pueblo”.
Lo que llamó la atención de muchos fue que el dictador estuviera usando una gafas de la marca estadounidense-italiana Ray-Ban.
Mientras Castro exhibe sus gafas de marca, la propia prensa oficialista reconoció recientemente que, en medio de la escasez estatal de insumos en entidades como las ópticas, no existen espejuelos para cubrir la demanda. Y la opción de los lentes privados no está al alcance de todos por los altos precios.
Pero los Castro ignoran las necesidades del pueblo. No es la primera vez que la familia del dictador o el propio dictador presume en redes sociales de sus lujos y beneficios por estar en el poder por más de seis décadas en la isla.
En 2021 Sandro Castro, el nieto más farandulero del clan, presumió en Instagram un auto lujoso de la marca Mercedes Benz, porque, según sus propias palabras, “tú sabes que nosotros somos sencillos, pero de vez en cuando hay que sacar los jugueticos que tenemos en casa”.
Sandro presumía del auto, en tanto se hacían virales imágenes de cubanos en las infinitas colas de transporte, un tema álgido de entre los muchos problemas que afrontan los habitantes de la isla.
La vida de opulencia de Sandro Castro es habitual que se muestre en las redes sociales, siempre en contraste con la miseria en que tiene sumida al pueblo la dictadura castrista.
De igual modo, en 2015, Antonio Castro, el hijo menor de Fidel Castro, fue visto de vacaciones en la isla griega de Mykonos y la localidad de Bodrum (Turquía), a bordo de un barco de 50 metros. El hijo de Castro habría alquilado cinco lujosas suites en un hotel del condado turco para él y sus acompañantes.
Los Castro mantienen su posición privilegiada tras mantener a la isla en la miseria por más de 60 años.