Me conversaba una amiga que su sobrina acaba de tener a su segundo bebé. El problema es que, la mayor, está celosa de su hermanita. Esta llora sin motivos aparentes, gestos para llamar la atención, es decir, mucho berrinche, algo que no es nada usual en ella. Estos y muchos más son los síntomas de un niño celoso, cuando un “intruso” recién nacido entra a formar parte de la familia, a invadir su territorio.
Los celos del hermano mayor son un proceso totalmente normal que no vamos a poder evitar que ocurra, pero sí hay recomendaciones que se pueden seguir para intentar que lo hijos lo lleven de la mejor manera posible y tengan una convivencia sana.
Yo diría que los celos como muchas otras reacciones humanas, son formas de autoprotección, y en rasgos generales siguen los mismos patrones tanto en adultos como en los niños. En este caso, hay una urgencia en la hermana mayor, de recuperar las atenciones perdidas.
Si bien es cierto que no todos los niños celosos de sus hermanitos reaccionan de la misma manera, existen ciertas normas invariables que deben seguir los padres para vencer los conflictos emocionales del pequeño, utilizando las infalibles armas del amor y la comprensión.
Uno de los errores más comunes en el que persiguen los padres, es el de tratar que el niño celoso actúa como una persona madura, que entienda que todos los cuidados que recibe su hermanito menor no son muestra de que lo quieren más.
En el caso de mi amiga, puedo decir o afirmar que la reacción instintiva de la niña celosa, que cree haber perdido todos los privilegios de un momento a otro, es natural. Poco a poco y con la ayuda de los padres irá entendiendo mejor la situación.
Los de más edad se contentan con llamar la atención de los mayores que están ocupados con su hermano pequeño, pidiendo algo, mostrando sus juguetes o simplemente haciendo aquello que tienen prohibido. Otra arma que suelen utilizar es adoptar actitudes propias de un niño de menor edad con el fin de situarse en un plano más cercano al hermanito y conseguir así la misma atención y cuidados de sus padres. Otros reaccionan con llantos cuando se toma al nuevo hermanito en brazos o tratan también de tomar el biberón, si esto es lo que está haciendo su hermanito.
Existen otros casos más graves. Los celos pueden manifestarse por un aislamiento, que se concentran en su propio mundo interior. Esto suele causar impactos en la personalidad del hermano celoso.
La actitud de los padres ante el niño celoso es sumamente importante. En primer lugar, deben aceptar el hecho como algo normal. No deben intentar corregirlos con braveza ni castigos, sino estudiando las reacciones del niño celoso, y procurando determinar su motivación.
Un padre conoce mejor que nadie el interior de sus hijos, y en casos como este, se debe proceder sin desatender al niño celoso. Se debe mantener a cada uno en el lugar que le corresponde. Una regla de oro es estimular la relación entre ambos, y tratar de hacer ver al niño celoso, lo útil que es darle cuidados y protección al recién nacido.
Para evitar todo esto, es buena idea que la madre, desde el embarazo explique al hermano mayor que mama le traerá un hermanito para que juegue con él. Es necesario desde un comienzo involucrarse en el proceso. Esto ayuda a reducir los celos y a prepararlo para el cambio.
Y, por último, les cuento, que yo pasé por esta situación. Mi hija mayor, para ese entonces de solo 2 años, sintió muchos celos al nacer su hermanito. Un día la muchachita del dormitorio empujó la canastilla (que tenía sus rueditas) del bebé, donde este dormía, y lo llevó hasta la puerta de entrada. Ella quería sacarlo de casa. Esto más bien nos causó risa y le hicimos entender que eso no se hace, que su hermanito era tan chiquito, que mejor me ayude a cuidarlo y a quererlo.