En enero de 2022, se añadió el síndrome de Burnout, también conocido como síndrome de desgaste profesional, a la lista de enfermedades profesionales reconocidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este, sin embargo, no es el único trastorno de salud mental relacionado con el trabajo en la actualidad.
Según Eduardo Perin, psiquiatra especialista en terapia cognitivo-conductual del Ambulatorio de Ansiedad del Hospital de las Clínicas de la Universidad de San Paulo (USP), múltiples factores en el trabajo pueden desencadenar estrés y, a su vez, las condiciones de salud vinculadas a él.
“La mayor fuente de estrés en el trabajo es el clima de la empresa, que a menudo es inapropiado y exige mucho a los empleados”, reconoce.
Los factores personales también pueden influir en el aumento del estrés laboral. “Las personas que se dedican mucho al trabajo acaban necesitando más horas extras para hacer frente a todas las responsabilidades que asumen y se aíslan socialmente”, añade el psiquiatra.
Ante esto, ¿es posible tomar alguna medida para reducir y evitar situaciones que impacten negativamente en la salud mental de los trabajadores?
Para recopilar algunos consejos, National Geographic consultó a la psicóloga Renata Paparelli, profesora de psicología de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC-SP) en el área de salud mental y trabajo.
Establezca y respete sus límites laborales
Para la docente, uno de los primeros pasos para evitar trastornos de salud mental relacionados con el trabajo es conocer y respetar el límite subjetivo, o sea, saber cuál es la cantidad saludable de trabajo para cada uno.
“No estoy hablando de algo etéreo o trascendental. Respetar nuestro límite puede significar dejar de teclear cuando te empieza a doler la mano, tomar descansos de calidad durante el día, desconectar efectivamente del trabajo fuera de horario y hacer el trabajo sin que la persona tenga que desgastarse por ello”, dice.
Respetar el límite subjetivo, según Paparelli, significa identificar cuánto puede hacer el trabajador en un determinado período de tiempo. Este límite varía entre personas, entre el tipo de trabajo e incluso de un día para otro.
“Lo ideal sería poder organizar el trabajo de tal manera que si un día el trabajador puede hacer más, hará más. Y cuando solo puedas hacer menos, haz menos. Eso sin que el profesional sea regañado o castigado por una ‘baja de productividad’”, sugiere la psicóloga.
Lleva el tema de la salud mental a tus superiores
Incluso si los trabajadores conocen sus límites, es posible que el entorno de trabajo no permita que se respeten. “Vivimos en una cultura de alta productividad, con objetivos cada vez mayores por cumplir. Combatir este entendimiento no siempre es fácil”, indica Paparelli.
Pero hay maneras de iniciar un diálogo. Según la profesora, una forma de reclamar flujos más saludables es relacionar la demanda excesiva con la pérdida de productividad y calidad en el trabajo.
“En general, las personas son desechables para las empresas porque son fácilmente reemplazables. Esto en cualquier campo. Entonces, tenemos más posibilidades de éxito si demostramos que lo que es bueno para el trabajador también es bueno para la empresa”.
Cuidado con el trabajo remoto
Otra advertencia de la psicóloga es en relación al trabajo remoto, o home office, que se popularizó tras la pandemia de la COVID-19. Para ella, es importante ejercer la desconexión del trabajo.
“El home office ofrece ventajas por un lado, pero puede hacerte rehén de tu trabajo en tu propia casa. Ya no tienes tiempo para estar en el trabajo porque puedes trabajar a cualquier hora”, advierte.
Para Paparelli, el trabajador tiene derecho a desconectarse y a dejar de trabajar fuera del horario de oficina, siempre y cuando entienda que “no va a ser un mal empleado o peor que los demás por eso”. «Se trata de establecer límites», concluye la experta.