El obispo emérito de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, fue drogado por sus captores, indicó su abogado Pedro Martínez Bello.
En entrevista con medios locales, el litigante apuntó que Rangel Mendoza no está consciente todavía, y que la sustancia que le suministraron puede tardar hasta tres días en salir de su cuerpo.
«No está consciente, balbucea como si estuviera durmiendo. El médico dice que puede tardar hasta tres días. La Diócesis no ha pedido seguridad o medidas de protección”, señaló.
Detalló que mediante estados de cuenta bancarios del obispo emérito reflejan retiros de dinero y realizadas diversas compras con sus tarjetas bancarias durante el tiempo en que estuvo desaparecido.
Martínez Coello indicó que el monseñor Salvador Rangel no está en condiciones de declarar todavía, razón por la cual no se tiene aún una reconstrucción de los hechos ocurridos el fin de semana pasado.
La desaparición de Salvador Rangel Mendoza, conocido por buscar una tregua con el crimen organizado en el sur de México, se reportó desde el fin de semana pasado, pero trascendió de forma pública el lunes ante las denuncias de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
El obispo emérito apareció con vida la tarde del lunes en un hospital de Cuernavaca, en Morelos, cuyas autoridades detallaron que sufrió un secuestro exprés, aunque autoridades federales detallaron que se debe investigar más para saber lo que ocurrió.
“No podemos nosotros decir en este momento por la secrecía (más detalles), vamos a ver qué sucedió y vamos a ver cuál es la declaración. Hay evidentes pruebas en donde se puede conocer indicios (sobre) qué sucedió realmente y, si se trato de una privación ilegal de la libertad vamos a dar con los responsables”, indicó la secretaria federal de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Rosa Icela Rodríguez.
La titular de Seguridad prometió que “se va a investigar a fondo todos y cada uno de los sucesos”.
“Por fortuna está bien, pero hay que investigar quiénes son los responsables y en donde está el proceso, pero estamos mandando nosotros a un grupo de los compañeros que pertenecen a la Coordinación Nacional Antisecuestros”, detalló.
El crimen ocurre en medio de las tensiones entre el Gobierno de López Obrador y la Iglesia católica, que ha denunciado un recrudecimiento de la violencia, en particular en el sur de México, donde sacerdotes han buscado un cese al fuego del crimen organizado y templos cristianos han cerrado por amenazas de violencia.